
Día de finales hoy en el torneo de Asefal para reír y llorar. Baja el telón del Torneo Nacional de Escuelas de Fútbol y los campeones saltarán de dicha y los niños derrotados, después de siete días de goles y mucho esfuerzo físico, mezclarán el sudor con lágrimas.
Los primeros sollozos se vieron ayer en las semifinales infantiles. Impotentes cayeron derrumbados los de la Escuela Adolfo Téllez de Magangué, Bolívar. Después de un empate a un gol en 70 minutos, perdieron en definición desde el punto penal 3-2.
El trámite antes de llegar a al desempate fue muy regular; pesaron las piernas, el físico y el tanque al límite, la pelota rebotó, no se bordaron jugadas por mucha voluntad y los equipos acabaron con el pelotazo y los duelos. Son niños y por más que los adultos les exijan desde los bancos técnicos, ganaron por dejar todo en la cancha.
“Nos faltó tocar más, pero no pudimos”, admitió Ignacio Yepes, lateral izquierdo de la Barranquillera, que abrió la cancha pero le costó ganar el fondo.
Un gol de Miguel Rapalino abrió la lata en el primer tiempo para la Escuela Barranquillera. Pero los pupilos de Adolfo Téllez jugaron para superar sus limitaciones.
Guiados por Sebastián Navas empataron antes del cierre de los primeros 35 minutos. Daniel González, dudó para salir y de espalda al arco, Mateo Mejía igualó.
La definición desde los 12 metros exigía nervios de acero. El entrenador de los magangueleños, Ricardo García, les recordó que “tomaran buen impulso”.
A esa edad, la técnica se impone por muchos pasos para pegarle al balón. Los de Téllez se pararon algunos de frente y fallaron ante el arquero Rapalino que se puso los guantes en lugar de González. “Nunca había estado en una definición. No sentí miedo”, dijo el delantero.
En la tribuna, un doble sentimiento se encontraba, el de Juan Pedro Díaz, de Magangué pero con raíces barranquilleras. Su hijo Juan Camilo Díaz estaba al frente del balón para el paso a la final. Igualados a dos, Díaz cobró al palo y gol pese a la estirada felina de Javith Navarro.
Mateo Mejía tenía la presión de convertir para extender la agonía, pero falló. El grito de finalista de la Escuela Barranquillera fue al unísono, el llanto de los bolivarenses, la fibra tocada.
Un gol de Jeison Pérez en el primer tiempo y una cerrada defensa, con un arquero seguro como Duván Carrillo, le dio el pase finalista en la otra semifinal infantil a Chamitos de Cúcuta sobre Gaviotas, que no encontró el último pase y la puntada para forzar un empate. Los de Valledupar no tuvieron las alas ni el vuelo de unos guerreros cucuteños.
Programación: goles y música
En preponi, la final será entre Semillas de Curramba y Asosucre. Curramba derrotó a 3-1 a Unión Deportiva. Tres goles anotó José Guerra. Marlon Gamarra, descontó. Asosucre se impuso a Pulgarcito de Cartagena 3-1. Diego Martínez, Carlos Barreto y Danilo Álvarez anotaron por los sucreños. Samir Arroyo por los cartageneros.
En poni, Amérika de Cartagena jugará ante Asosucre. Amérika derrotó a 3-1 en definición desde el punto penal a Toto Rubio. Habían igualado a tres goles en el tiempo reglamentario.
Asosucre derrotó a también por la misma vía a Pulgarcito 2-1 después de un empate a 3.
El comité organizador del certamen presentará una muestra musical y folclórica del Carnaval dentro de la programación de la final.
Charly Gómez y Ray Palacio pondrán la nota con su salsa.
Por Nilson Romo Mendoza