Falcioni se despide de Gabriel Ochoa: “Me formó como persona y profesional”
El ex arquero argentino fue uno de los principales discípulos del médico.
Era el candado anhelado, su cerrojo, su blindaje, su sueño tranquilo. Julio César Falcioni, con sus atajadas memorables, fue vital en la consecución de los éxitos de Gabriel Ochoa Uribe en el América de Cali.
El argentino estuvo en cinco de los siete títulos que el médico Ochoa alcanzó en la Liga con el cuadro escarlata (1982, 1983, 1984, 1985 y 1986) y en las tres finales consecutivas de la Copa Libertadores que disputaron los rojos sin lograr levantarla (1985, 1986 y 1987).
“Falleció Gabriel Ochoa Uribe, el mejor entrenador del fútbol Colombiano”, trinó Falcioni a través de su cuenta en Twitter.
“Fue alguien que me formó como profesional y como persona. Saludamos con profundo dolor a su familia. QEPD”, agregó quien actualmente es mánager del Banfield.
Falcioni era exactamente lo que exigía Ochoa Uribe a un guardameta, seguridad total, salvadas providenciales y astucia para enfriar el juego, quemar tiempo e irritar al rival. Se convirtió en un Dios para los ‘Diablos Rojos’.
“Julio era sensacional, el mejor arquero que tuve, el único que me dejaba dormir tranquilo”, decía el DT.
‘El Emperador’ marcó la época exitosa de Ochoa Uribe en el América de Cali, en la que también se destacaron otros jugadores extranjeros como su compatrio Ricardo ‘el Tigre’ Gareca y los paraguayos Roberto Cabañas y Juan Manuel Battaglia.
La gran deuda de ambos en el América fue la Copa Libertadores. Tuvieron tres intentos fallidos ya en la última instancia, cuando la rozaron y se pusieron muy cerca de levantarla, pero siempre terminaron sucumbiendo.
“Me dolió en el alma no haber ganado la Copa Libertadores: tuve tres posibilidades. Perdí contra Argentinos Juniors, cuando Anthony botó el penalti. River me ganó bien. El que no tenía que haber perdido nunca fue la de Peñarol, porque le gané aquí, fui allá y empataba sobre la hora y me hizo un gol un muchachito Vilar. Me fui a un tercer partido a Santiago, con el equipo acabado anímicamente y físicamente sin dormir”, comentó Ochoa Uribe en una entrevista al diario El País de Cali.
