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Roberto José Guerrero corrió las 500 millas de Indianápolis, una de las más importantes del automovilismo. Archivo
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“El estar 17 días en coma y salir vivo me hizo ver la vida de otra manera”: Roberto José Guerrero

El excorredor antioqueño, de 60 años, fue el primer piloto colombiano en llegar a la Fórmula Uno. En diálogo con EL HERALDO, contó cómo fue su experiencia en la ‘Gran Carpa’ y en otras categorías, así como el día que vio de cerca la muerte.

Roberto José Guerrero Isaza (1958) abrió el camino del automovilismo colombiano en la Fórmula Uno. Este antioqueño, de 60 años, fue el primer piloto de nuestro país en llegar a la ‘Gran Carpa’, luego de hacer un largo proceso por las pistas europeas (Fórmula Ford, Fórmula 3 Británica y la entonces llamada Fórmula 2).

Guerrero corrió 28 ‘Grandes Premios’ con las modestas escuderías Ensing-Ford (14) y Theodore-Ford (14), codeándose con pilotos de la talla del francés  Alain Prost, el brasileño Nelson Piquet y los finlandeses Niki Lauda y ‘Keke’ Rosberg, campeones del mundo, entre otros renombrados pilotos.

El expiloto antioqueño también dejó su nombre registrado en las 500 millas de Indianápolis, una de las carreras más importantes del mundo, donde terminó segundo y fue elegido ‘Debutante del Año’, junto al estadounidense Michael Andretti, en 1984.

En diálogo con EL HERALDO, Roberto José, que actualmente vive en los Estados Unidos, habló de toda su experiencia en el automovilismo, de su presente y de la vez que esquivó la muerte, tras un accidente que lo mantuvo 17 días en coma.

“Ese fue el peor momento, todo el mundo pensaba que no iba a salir de esa, que no iba a sobrevivir, pero finalmente logré superar eso y puedo decir que el hecho de estar vivo también es uno de los grandes logros que he tenido en mi carrera”, dijo.

P.

¿Qué hay de la vida de Roberto José Guerrero?

R.

Mi vida anda muy bien. Vivo en Estados Unidos. Tengo tres hijos, que están todos casados. Dos de ellos tienen niños, así que me hicieron abuelo. Todos están organizados. En lo laboral, sigo trabajando con constructores de carros, haciendo cuestiones de marketing con ellos. Sigo vinculado al automovilismo y disfrutando de todo lo que hago.

P.

¿Se quedó a vivir en los Estados Unidos?

R.

Sí, claro. Mi señora es de acá y mis hijos nacieron acá. Vivo en el Sur de California, en una ciudad que se llama San Juan Capistrano. Tengo 34 años ya en Estados Unidos, desde que comencé a correr en IndyCar, en el año de 1984.

P.

¿Qué significa para usted ser el primer piloto colombiano en llegar a la Fórmula 1?

R.

Es algo muy especial. Trabajé muy duro para ser el primero en llegar a la Fórmula Uno. Fue algo increíble en su momento, porque no había ningún colombiano que corriera en el exterior profesionalmente.

P.

¿Es fácil ser piloto de automovilismo?

R.

No, es muy difícil, porque, por ejemplo, si a ti te gusta el fútbol solo necesitas un balón y la pasión para hacerlo, pero en el automovilismo desafortunadamente necesitas mucho dinero y es difícil conseguir los patrocinios. Por eso se hace mucho más difícil.

P.

¿Cómo fueron sus inicios en las pistas?

R.

Empecé corriendo karts en Colombia cuando tenía 12 años, siendo campeón nacional. Desde los dos añitos veía a mi papá corriendo y de él heredé la pasión por el automovilismo. Después, poco a poco, fui sumando categorías, desarrollándome profesionalmente en Inglaterra.

P.

¿Cómo fue el ascenso en su carrera?

R.

Me mudé a Inglaterra a estudiar la Universidad y allá comencé a correr en los carros más grandes. Primero hice la escuela de pilotaje Jim Russell y luego pasé por la Fórmula Ford, la F2 y la F3, hasta cumplir el sueño de llegar a lo más alto del automovilismo internacional, la Fórmula Uno.

P.

¿Cómo se dio su paso a la Fórmula Uno?

R.

A mí me fue muy bien en la Fórmula 3 Británica y en la entonces llamada Fórmula 2, donde gané varias carreras. De ahí di el salto a la Fórmula Uno. Todo fue un proceso, nada fácil de cumplir. Hice la escuela, como se dice, y gracias a Dios se dio el gran salto, algo único en aquella época.

P.

¿Cómo fue esa experiencia?

R.

La Fórmula Uno es algo muy especial, es la categoría mayor del automovilismo mundial. Desafortunadamente nosotros estábamos en un equipo muy pequeño, de muy poca financiación, y siempre estábamos luchando para clasificar a las carreras. Sin embargo fue una experiencia magnífica. El estar ahí, corriendo junto a pilotos como Niki Lauda, Nelson Piquet, ‘Keke’ Rosberg, Alain Prost, entre otros pilotos de esa época, fue algo soñado. Aprendí mucho. Ahí estuve desde el 23 de enero de 1982, en el GP de Sudáfrica, hasta el 25 de septiembre de 1983, cuando disputé el GP de Europa. Corrí 21 ‘Grandes Premios’ con las modestas escuderías Ensing-Ford y Theodore-Ford (su mejor resultado, un octavo lugar en Hockenheim, en 1982).

P.

¿Cree que con un monoplaza lo suficientemente competitivo pudo haber hecho mucho más en la ‘Gran Carpa’ del automovilismo?

R.

Lógicamente, uno siempre que corre la meta es ganar, pero desafortunadamente con el equipo que teníamos era realmente imposible. El presupuesto nuestro comparado con el de los equipos grandes, como Ferrari y Renault, era ridículo. Estoy 100% seguro que pude haber hecho algo más con un carro más competitivo, pero igual terminé contento por como salieron las cosas.

P.

¿Cuál considera es la categoría más complicada para competir?

R.

La Fórmula Uno, no hay duda. Es la más costosa y la tecnología que se maneja es algo increíble, por eso cuesta muchísimo llegar allá.

P.

¿Cuál fue su mejor experiencia en el automovilismo?

R.

En la Fórmula 3 lo hice muy bien y gané muchas carreras, eso fue lo que me lanzó a la Fórmula Uno, así que disfruté mucho mi paso por esa categoría. En IndyCar también me fue bien, ganando dos carreras en 1987. En Indianápolis hice el record de la pista, que duró cuatro años en ser superado. En general considero que fue muy buena mi carrera.

Uno de los tantos accidentes que tuvo el piloto antioqueño Roberto José Guerrero Isaza en su carrera.
P.

¿Y cuál cree fue su mayor logro en las pistas?

R.

El llegar a la Fórmula Uno. Fue un sueño. Y en cuanto a resultados, me inclino por lo que hice en IndyCar, donde gané dos carreras y terminé dos veces segundo en las 500 millas de Indianápolis, con record de pista, como ya te comenté.

P.

¿Cuál fue su peor momento?

R.

Yo tuve un accidente muy grande, después de haber ganado una carrera de IndyCar en Ohio. Haciendo ensayos de llantas para Goodyear tuve un accidente grande que me mantuvo 17 días en coma. Ese fue el peor momento, todo el mundo pensaba que no iba a salir de esa, que no iba a sobrevivir, pero finalmente logré superar eso y puedo decir que el hecho de estar vivo también es uno de los grandes logros que he tenido en mi carrera.

P.

¿Cómo se dio ese accidente?

R.

Llevábamos dos días de ensayos de llantas para Goodyear, y me acuerdo muy bien que durante las jornadas, que es dar vueltas y vueltas y más vueltas a los óvalos para probar la calidad de los neumáticos, me llamaron por el radio y me dijeron: ‘Roberto ya terminamos, traiga el carro a pits’. Cuando uno ensaya llantas, es muy importante entrar a la última vuelta tan rápido como salió, y a pesar de que iba para los garajes mantuve el promedio de velocidad que tuve durante todo el ensayo para dar una mayor precisión en el estudio de la temperatura. De repente, se rompió algo en la suspensión derecha delantera y cuando le pegue al muro, se me vino la rueda que fue la que hizo todo el daño.

P.

Imagino que fueron momento de angustia para su familia…

R.

Sí, claro, especialmente para mi esposa. Ella estaba embarazada de nuestro segundo hijo, entonces fue mucho más complicado porque los médicos la preparaban para lo peor. Uno le llegó a decir que cuando naciera el bebé, es posible que tuviera que criar a otro bebé más grande que era yo, porque posiblemente iba a tener que aprender nuevamente a hablar, a caminar, a comer, hasta a ir al baño, eso, siempre y cuando salga del coma. Finalmente todo salió bien, gracias a Dios.

P.

¿En qué cambió su vida luego de ese accidente?

R.

En lo deportivo, muy poco, porque gracias a Dios mi recuperación fue rápida y sin problemas. Incluso yo volví a correr cuatro meses después de salir del coma. Pero en lo personal si me marcó, porque me hizo apreciar todo muchísimo más, el pensar que la vida es muy frágil. El estar 17 días en coma y salir vivo me hizo ver la vida de otra manera, me hizo ser una persona muy positiva, que disfruta cada momento de la vida, cada instante, así sea mínimo.

P.

¿Considera que este es un deporte seguro o todavía se puede hacer algo más para preservar la vida de los pilotos?

R.

Lo lindo del automovilismo es que los organizadores siguen haciendo cambios para hacer los carros más seguros para los pilotos, pero las velocidades son muy altas y el riesgo siempre va a existir.

P.

¿Cuál fue su gran referente?

R.

Emerson Fittipaldi, el brasileño. Cuando yo estaba muy chiquito, él ganó dos veces el campeonato de Fórmula Uno, así que era mi héroe. Afortunadamente cuando él se retiró, decidió volver para correr la IndyCar y logré competir muchos años junto a él. Pasó de ser mi héroe a ser muy buenos amigos.

P.

¿Y cuál es, a su parecer, el piloto más grande de la historia del automovilismo?

R.

Esa es una pregunta muy dura, muy difícil, porque los equipos hacen tanta diferencia. Pero yo creería que está entre Ayrton Senna y Michael Schumacher, que ganó el campeonato de Fórmula uno por siete años.

P.

¿Y en Colombia?

R.

Acá es muy obvio, es Juan Pablo Montoya. Le fue muy bien en todas las categorías en las que estuvo. Ganó siete grandes premios de Fórmula Uno, después corrió en Indianápolis y ganó las 500 millas. Y en la Fórmula Cart se quedó con el campeonato. No hay nadie como él.

P.

¿En qué concepto tiene a Juan Pablo Montoya?

R.

En el mejor concepto. Nuestras familias son muy unidas. Él comenzó corriendo con mi hermano Jaime, así que han sido muy bueno amigos, incluso todavía se hablan. Es una gran persona, de muy buena familia. Una anécdota muy simpática con él fue cuando corrimos juntos en Indianápolis y él decía, en una de las entrevistas, que yo había sido su héroe. Y yo le dije, ‘pero mira cómo cambian las cosas, porque ahora tú eres mi héroe’. Juan Pablo es un gran piloto, con un talento increíble.

P.

¿Qué opina de la actualidad del automovilismo colombiano?

R.

Desafortunadamente no estoy en Colombia, así que me entero muy poco de lo que pasa. Sé que ahora hay muchísimos más pilotos colombianos que están corriendo en el exterior, porque en mi época era yo solo. Pero realmente sé poco del automovilismo colombiano.

P.

¿Qué le dejó su carrera de piloto de autos?

R.

Gracias a mi carrera conocí a mi señora y pude tener mis hijos, mi casa, todo… Así que el automovilismo ha sido todo para mí. Sin los autos yo no sé qué hubiese hecho con mi vida.

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