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“El estadio Édgar Rentería, un hit para el béisbol local”

Este jueves se inaugura el escenario, pero antes EL HERALDO visitó sus instalaciones en compañía de expertos de la ‘pelota caliente’, quienes recordaron anécdotas y coincidieron en decir que es el mejor espacio deportivo de Colombia.

El de ayer fue un emotivo encuentro de grandes amigos unidos por el béisbol que se dieron cita en el nuevo estadio Édgar Rentería.

Los cinco llegaron a las 10 de la mañana en punto y de allí hasta casi el mediodía, no pararon de rememorar viejas épocas de la pelota caliente en el antiguo Tomás Arrieta, ubicado en el corazón del barrio Montecristo.

Luis Sierra y Daniel Mavárez, beisbolistas de la época de oro de los años 60 y 70; el narrador deportivo Marcos Pérez Quintero, el comentarista Rúgero Manotas y el periodista especializado en béisbol, Orlando Palma, sostuvieron una emotiva tertulia de más de hora y media guiados por el alcalde Alejandro Char.

“Ojalá en nuestra época hubiésemos tenido un estadio con todos estos lujos”, fue una de las frases que lanzaron Sierra y Mavárez, sentados en la tribuna principal del escenario deportivo que mañana será inaugurado.

Seis filas atrás, Marcos Pérez y Rúgero Manotas recordaron entre risas y lágrimas las transmisiones radiales que acaparaban una vasta audiencia en toda la región Caribe. “Seguramente mi padre debe estar muy feliz con este gran escenario”, expresó Pérez Quintero, recordando al célebre hombre de radio de Barranquilla, Marcos Pérez Caicedo, narrador por varias décadas en el Tomás Arrieta.

La iniciativa

 Muy emocionado, el alcalde Char contó que el objetivo de construir el Édgar Rentería fue una idea y un sueño que “salió a raíz del batazo que conectó Rentería, el cual le permitió ganar la Serie Mundial con los Gigantes de San Francisco. Esa es una realidad que hoy tiene Barranquilla”, narró el mandatario a los invitados mientras recorrían y conocían a detalle uno de los escenarios de los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe.

La brisa,  enemiga

 Mientras recorrían el estadio, Pérez recordaba anécdotas de peloteros extranjeros que llegaban al Tomás Arrieta con intenciones de lucirse, pero se llevaban una gran sorpresa.

“Aquí llegaron varios beisbolistas buenos que creían que iban a botar fácilmente la pelota y resulta que se llevaban la sorpresa de no poderla sacar del estadio porque tenía la particularidad de que la brisa la tenían en contra”, recordó el narrador.

Después de caminar el diamante y las tribunas, pasaron a la zona de jugadores en la que los equipos cuentan con dos amplios camerinos dotados con una zona de calentamiento, cuarto de masajes y un completo gimnasio. Además hay oficina para los entrenadores, entre otros.

También existen dos camerinos extras, una sala antidopaje, una moderna y amplia sala de prensa que se comunica con las tribunas de prensa y cabinas de transmisión.

“En nuestras épocas no contábamos con todos estos lujos. Nosotros llegábamos cambiados del hotel directamente a jugar y si sufríamos algún golpe tocaba untarse arena”, expresó entre risas Mavárez.

Por su parte, Manotas no contuvo su emoción al conocer esta nueva obra que para él sigue embelleciendo el deporte y a Barranquilla. “Ver este parque es un ensueño, nadie se imaginaba en el medio nuestro que esta ciudad iba a tener un estadio de béisbol en estas condiciones. Pueden traer un equipo de grandes ligas y estoy seguro que no extrañarán nada de lo que frecuentan allá en Estados Unidos”, manifestó.

Un conocedor del béisbol actual de las Grandes Ligas como lo es Orlando Palma, también opinó de la nueva obra. “Esto es sencillamente espectacular. Cuando uno entra aquí se transporta a cualquier estadio de la Florida o Arizona”, señaló.

Luis Sierra, un exbeisbolista que hoy en día se dedica a la labor de scout para los Yanquis de Nueva York, entró por primera vez al Édgar Rentería y se llevó una gran sensación.

“Es un estadio exactamente igual a uno de Grandes Ligas. Creo que en la parte interior por los lados de los ‘club house’ es muy grande y con unos lujos que incluso algunos escenarios de Estados Unidos no tienen”.

En su concepto, hay que fomentar en los clubes visitas periódicas al estadio para que los jóvenes empiecen a soñar con llegar a las Grandes Ligas. “Es una labor que tenemos ahora los clubes del béisbol menor para incentivar a los jóvenes y así que no solamente sean los vecinos del barrio Montecristo y el Barrio Abajo, sino que sean todos los barranquilleros quienes se enamoren de este deporte”, concluyó.

Daniel Mavárez, expelotero y actual scout de los Gigantes de San Francisco, al ingresar al estadio sintió como si estuviera en uno de Estados Unidos. “Aquí no escatimaron esfuerzos ni se olvidaron de ningún detalle para hacerlo con las mismas características. El campo, lo más importante para los jugadores, está impecable”, dijo.

Además recordó cómo llegaban antes de un partido. “Me da mucha nostalgia porque cuando nosotros jugábamos no contábamos con todas las comodidades que tiene este estadio. Prácticamente veníamos uniformados del hotel, listos para jugar. Hoy en día los jugadores tendrán espacios para prepararse, recuperarse y descansar”, remató.

Luego del recorrido, Luis Sierra y Daniel Mavárez se sentaron en las tribunas.  A la tertulia se les unió el alcalde Char.

“El mejor regalo”

 Muy cerca de este grupo, Rúgero Manotas y Marcos Pérez siguieron recordando anécdotas de sus transmisiones. “A no dudarlo, este es el mejor regalo para el béisbol local. Mi papá debe estar celebrando muy feliz en el cielo”, aseguró Pérez mirando hacia el horizonte con los ojos enrojecidos.

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