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Édgar Perea, toda una vida detrás de un micrófono

Él, a pesar de haber tenido en sus comienzos una trajinada vida, en especial en las noches, era, sin embargo, un estudioso de los deportes que narró: fútbol, béisbol, boxeo, ciclismo y baloncesto.

Édgar José Perea Arias siempre se jactó de decir que gracias a la radio pudo darse a conocer en el país y recorrer más de la mitad del mundo. Pero, sobre todo, sacaba pecho por haber conquistado el aprecio y el cariño de incontables oyentes, aunque reconocía que también se ganó la malquerencia de contradictores.

"El oyente merece respeto, así que si le digo algo es porque es cierto. La credibilidad se pierde en un segundo, recuperarla es lo difícil, ni siquiera la vida te alcanza", me comentó en una oportunidad en el Salón Rojo del hotel Tequendama, en Bogotá, durante la presentación de uno de los grandes equipos de ciclismo de Colombia, en los años 80.

Los que tuvieron la oportunidad de compartir con 'el Campeón', como le gustaba que le dijeran, le resaltaban la calidad de persona, aunque lo que extrañaba de él era cuando estaba al aire. Entonces se transformaba, en especial cuando se metían con su "Junior del alma" o "Junior, Tú Papá", tal como se refería al onceno barranquillero.

LLEGA A LA RADIO. Este hijo de Condoto, Chocó, nacido el 2 de junio de 1934, fue llevado a los cuatro años de edad a Cartagena. Allí adelantó sus estudios y tuvo la oportunidad de representar a Bolívar en una selección de fútbol, pero su ilusión fue efímera.

Después estuvo vinculado a una empresa petrolera, Intercol, en la que puso en práctica el inglés que aprendió en academias de idiomas del Corralito de Piedra, como intérprete de los estadounidenses que trabajaban en esa compañía.

Pero lo de él no era estar entre cuatro paredes trabajando. Su vida tuvo un súbito giro cuando su amigo Humberto Reynoso, quien era director de Emisora Fuentes, lo invitó a que hiciera unas pruebas en la radio. Y le sonó la flauta. Le dijo que tenía buena voz. Ahí arrancó todo en los 60.

"El dueño de la estación, Rafael Fuentes, le ofreció empleo con un pago de 1.300 pesos, un poco más de lo que ganaba en Intercol", recuerda el periodista Ahmed Aguirre Acuña en su libro 'Junior, una historia de diamantes'.

Ese fue el trampolín en la radio, porque comenzó a transmitir béisbol en Cartagena al lado de la superestrella de ese entonces: Napoleón Perea Castro, quien le daba la oportunidad de narrar dos innings en cada partido.

ARRANCA EN BARRANQUILLA. En 1966 el Junior regresó al torneo de la Dimayor, lo que sirvió para traer a esta capital el espectáculo del balompié. Perea Arias, quien siempre fue muy seguro de lo que quería conquistar, vio una gran oportunidad y no lo pensó dos veces. Se vino para la capital del Atlántico a ganarse un espacio ante quienes eran los dueños de la sintonía deportiva como Juan Illera Palacio, Joaquín Eduardo Pino y Guillermo Rodríguez.

Perea combinaba la narración del fútbol con los partidos de béisbol y creó su programa diario 'Comentando los deportes'. Con el paso de los años, este se convirtió en el más escuchado. Prácticamente al mediodía en Barranquilla solo se oía su voz. Hablaba de la actividad muscular, pero cuando el caso lo ameritaba, también arremetía contra la dirigencia política de la ciudad. Bastaba con escuchar a la hora del almuerzo la película 'El bueno, el malo y el feo' que usaba como cortinilla para saber que cientos de oyentes, en todos los sectores barranquilleros, estaban pagados a sus radios, en ventas ambulantes, taxis, buses, oficinas y residencias.

Su estilo de narración fue tan exitoso que en cada partido del Junior en el Estadio Romelio Martínez la transmisión que retumbaba era la de él. Todo el escenario deportivo era una sola radio, como también en el resto de la ciudad.

A LA CAPITAL. Después de trabajar en emisoras independientes barranquilleras con su sello controvertido e inigualable, las cadenas radiales de Bogotá, como Todelar, Caracol y RCN, salieron en su búsqueda. Esos coqueteos los aceptó primero a RCN y después a Caracol en los 80. Así se convirtió, en esa época, en el locutor deportivo mejor pagado del país, con apartamento, tiquetes aéreos para venir a Barranquilla y hasta chofer pagados por la compañía. Perea, polifacético a la hora de narrar, disparó la sintonía y aumentó la pauta comercial.

En Caracol, el narrador que se caracterizó por su estilo aguerrido y picante, el gestor del llamado "coro celestial" cuando un árbitro pitaba mal -en especial contra el Junior o la Selección Colombia- y el creador del grito de combate "Junior tú papá", era el centro de atención de La Polémica, el programa deportivo más escuchado de la radio colombiana.

En ese espacio se tranzaba en agitadas discusiones con el fallecido Jaime Ortiz Alvear y con Óscar Rentería. También participaban en el espacio Hernán Peláez, quien era el director; Adolfo Pérez, Wbeimar Muñoz y Javier Giraldo Neira, entre otros. El país quedaba paralizado todos los días de siete a nueve de la noche. En 1990 se radicó en Bogotá para narrar los partidos de Santa Fe y Millonarios en el estadio El Campín. Terminó en Todelar, participando en el Gran Debate.

 

LÍO JUDICIAL. Su exitosa carrera como narrador tuvo un gran tropiezo. En enero de 2012 fue condenado a 33 meses de prisión y al pago de una multa de 150 millones de pesos, sentencia proferida por el Juez Sexto Penal del Circuito de Barranquilla, en un litigio emprendido por RCN Radio por defraudación a los derechos patrimoniales de autor.

El juez también inhabilitó a Perea de sus derechos y funciones públicas y le suspendió la tarjeta profesional de periodista o licencia de locutor por el mismo periodo de la pena. El caso se remonta a 2004 cuando Perea transmitió los partidos de béisbol de las Grandes Ligas, derechos exclusivos de RCN Radio Barranquilla, en la época en que se enfrentaron por la Serie Mundial los Cardenales de San Luis, donde jugaba el barranquillero Edgar Rentería, y Los Media Rojas de Boston. Por esas transmisiones fue demandado por el fallecido abogado Fernando Prada, debido a que Perea también comercializó los partidos a través de su emisora Mar Caribe.

Antes, en el 2009 fue nombrado por el presidente Álvaro Uribe embajador en Sudáfrica, cargo que ocupó hasta 2011. A su regreso empezó a alejarse de la radio.

Sin duda, el hijo adoptivo de Barranquilla dejó una estela de éxitos. Aún resuenan transmisiones como el gol de Fredy Rincón frente a Alemania, que aseguró el paso de Colombia a la segunda fase del Mundial de Italia 90; el primer título mundial de boxeo para nuestro país -28 de octubre de 1972- conquistado por Antonio Cervantes, Kid Pambelé, en Panamá, con soberbio nocaut sobre el campeón Alfonso " Pepermin" Frazer y sus transmisiones nacionales de ciclismo con la incursión de colombianos como Alfonso Flórez, Luis Herrera y Fabio Parra, entre otros, en el Tour de Francia.

Perea fue polémico, tanto que a veces reconocía que se "me fue la lengua". Recibió elogios y críticas, pero no hay duda de que fue el mejor narrador de toda Colombia y de ahí la admiración que se ganó con los ocho campeonatos mundiales de fútbol, las 15 Series Mundiales de béisbol (muchas a través de CBS radio en español), los cuatro Juegos Olímpicos, los cuatro Tours de Francia y sobre todo los partidos y los títulos de su verdadera pasión: Junior de Barranquilla.

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