El Heraldo
Deportes

“A Calero le enseñé los 109 movimientos de un arquero”: Manides Deluque

"Sporting 1991. Arriba, Daniel Tilger, Manides Deluque, Miguel Calero, Alex De Alba, Carlos Meza, Eugenio Uribe y Chedy Devenich. Abajo, Tomás Marriaga, Ricardo Rodríguez, Édinson Domínguez, Yosvidas Fuentes y Roberto Vizcaíno. s:

A Manides Deluque solo le faltó dar la vida por Miguel Calero. Por algo el fallecido excancerbero vallecaucano siempre se consideró un hijo suyo, porque confió y se la jugó ciegamente por él.

La formación de Calero es uno de los trofeos que el guajiro Manides Deluque exhibe como instructor de arqueros del desaparecido Sporting. El otro es Farid Mondragón, quien también debutó como profesional en el conjunto barranquillero.

Manides dice que desde que vio a Calero le dijo al técnico del Sporting en esa época, el uruguayo Óscar Alfonso Rodríguez, y al dueño del equipo, Edgardo Barros, que se lo trajeran para Barranquilla.

“Nosotros fuimos a Cali para hablar con el presidente del club en ese entonces, Carlos Arcesio Paz, quien nos ofreció prestarnos a Miguel Calero. Óscar Alfonso quería a Jorge Rayo, pero yo lo convencí para que se trajera a Calero”, recuerda Deluque.

Cuenta que la oferta del Cali fue entregar a Calero más 40 millones de pesos por Yosvidas Fuentes, mediocampista guajiro. “Yo le dije a Edgardo Barros que aceptara enseguida, que en seis meses vendería a Calero por 500 millones de pesos, pero él no aceptó porque decía que no iba a hacerle los arqueros al Cali. Él quería jugársela con Lisandro Bello (portero barranquillero)”.

Óscar Alfonso —según Manides— tuvo que ponérsela difícil a Barros. O aceptaba que jugara Calero o se devolvía para Uruguay. “Barros se puso prepotente y dijo que si Calero jugaba no me pagaba el año de contrato a mí. Yo le respondí que pusiera a quien quisiera y allí apareció Óscar Alfonso que me preguntó cuánto ganaba yo y después me dijo que él respondía por mi sueldo, pero Calero tenía que jugar porque no quería perder el clásico contra Junior”.

En ese partido ante los tiburones, Calero le tapó un penalti a Orlando Maturana y salió corriendo alocadamente a celebrar con los compañeros que se encontraban en el banco. Óscar Alfonso se metió en la cancha y a los empujones lo envió de nuevo para la portería que había quedado completamente desguarnecida.

Hoy, 22 años después de aquel episodio, Manides Deluque reconoce que a Edgardo Barros también le gustaron las condiciones de Calero. El problema es que el presidente del Sporting no quería hacérselo al Cali.

Apenas Calero empezó a tapar en el Sporting, el otro equipo de la ciudad, el Junior, se interesó en el portero vallecaucano. Cuenta Manides que el cuadro tiburón ofreció 800 millones de pesos por su pase, pero el Cali no lo quiso vender.

Cuenta también la historia del partido que Calero tapó con el Junior en la inauguración del polideportivo de Sabanalarga. Asegura que un empresario de la ciudad lo puso a jugar sin permiso del equipo verdiblanco que por esto multó a Calero con 5 millones de pesos.

“Lo único que tuve que corregirle a Calero fueron sus caídas al piso. De resto lo tenía todo. Era un arquero flexible, ni Mondragón, que tenía tres centímetros más de estatura, llegaba más alto que Miguel”.

Lo anterior le permite a Manides afirmar que el mejor de los arqueros de la generación dorada, ha sido Miguel Calero y aclara enseguida que no es porque se haya muerto. “A pesar de que a Mondragón la Fifa lo escogió como el mejor arquero de la primera fase del Mundial de Francia 98, para mí Calero era más. Tenía más dominio de la pelota, era líbero, rechazaba con los pies, con la cabeza, era más completo. A Mondragón tuve que enseñarle mucho, en cambio a Calero muy poco. Mondragón era de los tres palos, casi no salía, pelábamos con él para que saliera, en cambio a Calero había que aguantarlo porque salía mucho”.

Manides conserva todos los buzos y guantes que Miguel Calero le obsequió. Algunos están deteriorados por el paso del tiempo, pero aún así los guarda como un tesoro. La última vez que lo vio, el exportero vallecaucano le regaló 500 mil pesos y cuando celebró su último título con el Pachuca lo vio decir en una entrevista para televisión que él le enseñó cosas que jamás le habían enseñado en el Cali.

“Yo le enseñé a él los 109 movimientos de un arquero, los 12 saques que hay, cuándo retardar, cómo pararse dentro y fuera del arco. Él y Mondragón se los aprendieron todos. En esa entrevista dijo que después de Carlos Portela —exentrenador de arqueros del Cali— a la persona que más le había aprendido era a mí”.
Manides Deluque está por estos días en Riohacha buscando trabajo porque asegura que en Barranquilla se le cerraron las puertas. Se pregunta muchas veces por qué Junior nunca se ha fijado en él si es un entrenador que ha dado resultados. “De Junior pulí a José María Pazo y a Calixto Chiquillo”, asegura.

Por Manuel Ortega Ponce
Twitter: @manuelortega3

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.