El Heraldo
Actualmente son 15 vigías que desde diversas actividades, programas y proyectos realizan un valioso aporte a este histórico museo de la ciudad. Jennifer Blanco
Cultura

Vigías del Museo Romántico: un compromiso con el patrimonio

Desde el 2019 el programa de vigías ha impactado positivamente, realizando jornadas de limpiezas, guías, conversatorios y generando una agenda cultural en la ciudad. 

Incansable es el compromiso que lidera un grupo de jóvenes barranquilleros en el Museo Romántico.

En este lugar que atesora gran parte de la historia de la ciudad a través de icónicas piezas, ellos son los guardianes y divulgadores de un patrimonio invaluable que se resiste a quedar en el olvido.

El cuidado que le brindan al museo, los recorridos internos y externos y la generación de agendas culturales son entre otras, algunas de las actividades principales que realizan los vigías. 

El museo mismo ha sido testigo de los cientos de voluntarios que han pasado por sus instalaciones. Se trata de personas que sin estar vinculadas de manera formal, apoyan algún evento en particular. 

Sin embargo, el Museo Romántico, cuenta actualmente con un aproximado de quince vigías que entre turnos y actividades, realizan una admirable labor.

EL HERALDO conversó con un grupo de vigías que desde distintas miradas, le aportan su grano de arena al patrimonio barranquillero. 

La casa de la ciudad

Desde su fundación el 7 de abril de 1983, el Museo Romántico liderado por la Fundación Museo Cultural de Barranquilla, se ha convertido en un portal que al adentrase, los visitantes viajan, recorren y conocen a la Barranquilla de hace más de medio siglo atrás. 

Entre sus más de mil piezas, el lugar conserva mobiliarios, accesorios, obras de arte, fotografías, manuscritos y objetos de la cotidianidad de aquellas colonias que se asentaron en estas tierras.

En su interior reposan objetos personales de la familia que donó el inmueble, la chaqueta de volar de Cecilia Gómez Negrini – la primera mujer barranquillera en pilotear un avión-, artículos personales de las poetisas Amira De la Rosa y Meira Delmar y una máquina de escribir de Gabo con la que inmortalizó Cien Años de Soledad. 

Luego de tres décadas de funcionamiento, la organización se vio en la necesidad de cerrar sus puertas a raíz de la enfermedad que padece su fundador Alfredo De la Espriella Zabaraín, la falta de recursos y mantenimiento que llevaron al deterioro de sus instalaciones.

En 2019 el museo nuevamente abrió sus puertas, aunque por la llegada de la pandemia a comienzos del 2020, muchas de las actividades y proyectos que se tenían quedaron pausados. 

En abril de este año, el museo volvió a funcionar y con ello, los vigías se mostraron entusiasmados por las ganas de volver a compartir con los visitantes

Recientemente, la junta directiva de la fundación en cabeza del presidente Jaime Donado, decidieron “renovar el nombre del museo otorgándole uno que esté más acorde a su misión y objetivo. Por ello, el nuevo nombre será Museo de Barranquilla, sin perder su naturaleza”, sostiene un comunicado emitido por la entidad.  

Jaime Donado, presidente de la junta directiva de la Fundación Museo Cultural de Barranquilla, expresó su postura frente al programa de vigías.

“El papel que hacen los vigías en el museo es bastante bueno, es fundamental y mucho más ahora que no tenemos una organización que respalde todo el trabajo que se requiere. Los vigías están comprometidos de forma voluntaria y es satisfactorio ver cómo se desempeñan”.

De igual manera, Donado se refirió al cambio de nombre del histórico lugar

“El museo siempre ha estado dirigido a un público, pero este siempre va cambiando. En la actualidad existe otro público y el museo debe acoplarse a todas estas circunstancias, por ello se decidió el cambio de nombre”. 

Los protagonistas
Máquina de escribir de Gabo reposa en el Museo Romántico. Jennifer Blanco

La arquitecta y coordinadora de los vigías, Madeley Castaño, hizo referencia de los principales objetivos que tiene el programa.

“El programa de vigías salvaguarda el patrimonio de esta ciudad y el país, el programa le ha dado una voz y visibilidad a esas acciones que se han tomado en pro de este histórico lugar”.

Castaño agregó que: “El programa permite crear proyectos puntuales, hacer convocatorias formales y generar impactos positivos, con ello protegemos, cuidamos y respaldamos este museo que guarda la historia de la ciudad”.

Finalmente, confesó su motivación para hacer parte de dicho programa.

“Una vez escuché una frase decía ‘nadie ama lo que no conoce, ni protege lo que no ama’ y eso me motivó a estar aquí en el programa y transmitirle a la ciudadanía lo que este lugar representa”.

Juan Insignares, estudiante de último semestre de Economía en la Universidad del Atlántico, pertenece al programa desde hace tiempo y supo de esta iniciativa tras una visita que realizó en el museo y desde entonces quiso integrar este grupo.

“Inicié capacitándome junto a otros jóvenes de la ciudad, tuvimos un par de charlas y recorridos, y justo inicia la pandemia. Con esta se atrasa un poco lo que teníamos pensado, sin embargo, durante ese tiempo nos turnábamos para venir y hacer limpieza al museo”, expresó.

Insignares confesó que: “Mi amor por el teatro ha nacido a raíz de este voluntariado, quisiera en un futuro dedicarme al arte y era algo que no tenía en mente antes de pisar por primera vez este lugar”.

Por su parte, Daniela Rubiano, estudiante de octavo semestre de Historia en la Universidad del Atlántico se vinculó al programa de vigías hace cuatro años. 

“Las experiencias personales que he tenido a lo largo de estos años han sido significativas, cuando iniciamos con las tertulias muchas personas preguntaron cómo iba el museo, por las piezas, se les tomaba un interés cultural y eso me llenó de alegría”, afirmó.

Rubiano confesó que es un privilegio poder conocer de cerca el archivo histórico que posee este museo.

“El poder tener de primera mano el material de archivo con el que cuenta el museo es sumamente valioso en lo personal como historiadora. Ahí he encontrado muchas pistas del pasado como fotografías, cartas y prensa”. 

Vigías del museo. Jennifer Blanco
'Museo Al Cañon del Pie'

En el marco del Mes del Patrimonio, el museo está realizando la primera edición del Festival Museo ‘Al pie del cañón’ con el objetivo de brindarles a sus visitantes y a la ciudad una variada oferta cultural. Este martes a las 4:00 p.m. en el Auditorio Mario Santo Domingo, Antiguo edificio de la Aduana, se cumplirá el conversatorio ‘Instrumentos en vía de extinción’ a cargo del Semillero de investigación Raíz - Universidad Reformada.

El miércoles a las 5:00 p.m. en el Museo Romántico de Barranquilla se realizará el conversatorio ‘Industria y Música’. La programación completa se encuentra en la cuenta de Instagram del museo @museoromanticobaq

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