Padre denuncia que su bebé fue herido durante cesárea y que murió a las 46 horas
Directivas del hospital San Jerónimo de Montería niegan esa versión y explican la embarazada llegó con una preeclampsia severa, que la puso en peligro a ella y al hijo. La madre aún no sabe que la criatura falleció.
La pareja conformada por Eliana Bedoya y Gualdrón Osorio no pudo acariciar a su primer hijo porque este falleció a las 46 horas de nacido, después de que –según el padre– le causaran una herida abierta durante la cesárea que le realizaron a la joven madre en el hospital San Jerónimo de Montería, la noche del pasado 8 de diciembre.
El padre de la criatura, quien se dedica a la albañilería en Ayapel, municipio de la subregión del San Jorge, relató que su pequeño hijo fue sacado del vientre con la herida en la cabeza, que al parecer le fue causada con el bisturí, cuando los médicos realizaban el procedimiento en uno de los quirófanos del centro asistencial.
“Mi esposa tenía una cita con el ginecólogo en Montelíbano. Fue remitida al hospital San Jerónimo, donde le practican la cesárea por la noche, pero allí se le provocó una herida al bebé en la cabeza. Era un parto prematuro, de seis meses. De allí lo trasladaron para una clínica, donde demoró hasta el domingo por la noche, cuando falleció”, explicó Osorio.
El progenitor siguió narrando que en el San Jerónimo no le tomaron los 20 puntos de sutura que fueron necesarios para cerrar la herida y cuyo procedimiento hicieron en la clínica hacia la cual fue remitido el pequeño Mateo de Jesús, como lo llamarían.
“En la clínica me dijeron que el niño llegó con la herida abierta en la cabeza y fue donde le tomaron los puntos. Este era mi primer hijo”, precisó el padre del pequeño, quien debió regresarse para Ayapel a seguir trabajando para el sustento, mientras su compañera sigue hospitalizada en Montería, sin saber aún que su primer hijo falleció.
El progenitor no sale del asombro por lo sucedido, incluso, porque no ha recibido –según lo relata– ninguna explicación por parte de los médicos que atendieron la cesárea de su esposa y mucho menos por las directivas del centro asistencial.
El director científico el Hospital San Jerónimo, William Montes, dijo que lo que ocurrió con el niño es un evento adverso, “de los mil que se podrían estar presentando en el mundo diariamente”.
Dijo que la embarazada llegó al centro asistencial con una toxemia del embarazo o preeclampsia severa, que pone en peligro a madre e hijo.
“A ella se le hizo su ecografía obstétrica, en la que se detectaba un feto de 17 semanas de gestación con retraso en su crecimiento, con un peso aproximado de 800 gramos que es muy bajo para esa edad gestacional”, precisó el médico Montes.
Dijo que con el riesgo inminente de una posible hemorragia y del peligro se decidió una cesárea de emergencia, además por el alto riesgo del pequeño “por ser prematuro”.
“Tenemos que aclarar que el niño no ha sido atacado por ningún bisturí, con esa herramienta no se llega hasta el interior del útero. El ginecólogo coloca una pinza para entrar a la cavidad y probablemente la cabeza pudo estar muy pegada y pudo haber una esfacelación del cuero cabelludo, una pequeña herida, que jamás pone en peligro la vida del niño”, señaló.
“El pequeño tiene alto riesgo por su prematurez extrema, demasiado frágil. El cirujano abre el útero con sus dedos, no con bisturí, el feto sale apretado y probablemente el cuero cabelludo frágil se recoge pero no pone en peligro la vida del niño”, añadió el director científico del hospital San Jerónimo.
Dijo que el pequeño no lloró y por eso hubo que oxigenarlo, tal como se hizo en la sala de parto según lo explicó el especialista, hasta llevarlo a una unidad de cuidados intensivos “a pesar que su pronóstico era de muy pocas posibilidades de vida, pero luchamos hasta el último momento para salvarlo”.
