400 hijos de víctimas de la violencia en Córdoba ya tienen libreta militar
Con esta entrega que se realizó en el coliseo Miguel ‘Happy’ Lora ya son 1.300 los jóvenes que, cuando niños, salieron en brazos huyendo de la guerra, beneficiados con este programa.
La Unidad para las Víctimas cumplió el sueño este viernes de otros 400 hijos de víctimas de la violencia en Córdoba, que recibieron sus libretas militares de manos del director territorial, Manuel Pacheco y de funcionarios del Ejército y la Alcaldía.
“Es satisfactorio que estemos cumpliendo esta meta a través del programa ‘Libreta en Mano’, con estas 400 ya son 1.300 en Montería. Este es el resultado de la articulación que existe entre la Unidad de Víctimas, el Ejército y demás entidades del Estado responsables con esta población, estamos consiguiendo los resultados que queremos”, precisó el director de la Unidad de Víctimas en este Departamento.
Pacheco insistió en que las libretas que recibieron los hijos de desplazados de la violencia “son un instrumento a la paz, porque es la llave de muchas puertas que se le abrirán a estos jóvenes, especialmente en el tema laboral y de educación superior”.
“Hoy en día no estamos preparando a las víctimas para enfrentar la guerra, sino para que tengan un mejor presente y un mejor mañana. El trabajo y la educación nos llevará a la paz”, sostuvo el funcionario regional.
Neider Cortesero González, uno de los jóvenes beneficiados, compartió su testimonio al salir visiblemente satisfecho mientras le buscaba un lugar a su libreta militar en la billetera.
“Estoy muy agradecido con la Unidad de Víctimas y con el Ejército, es un documento que quería desde hacía mucho tiempo, he intentado buscar un empleo y no he podido laborar por no haber resuelto mi situación militar”, sostiene Cortecero, quien, mientras olvida el trato de la guerra cuando era niño, se ha dedicado a realizar estudios técnicos en soldadura, manipulación de alimentos, ventas, servicio al cliente, mercadeo y sistemas.
Sostiene que no recuerda el desplazamiento del que fue víctima su familia, porque era muy niño. Sus padres le contaron que debieron salir desde el corregimiento el Caramelo, en jurisdicción de Tierralta, por la presión de un grupo ilegal armado.
Cristian Betancour, otro de los jóvenes favorecidos, reconoce que con su libreta militar serán muchas las posibilidades de trabajo y de estudio. Desde hacía un año debió adquirir su documento pero no había tenido las posibilidades.
