Después de un larguísimo, tormentoso e inentendible proceso constructivo que nada bueno auguraba, finalmente la autopista al mar tiene forma, está casi lista y, toca reconocerlo, luce bien, anclajes en las lomas susceptibles de derrumbe, barandas y protecciones, puentes peatonales adecuados, y dos puentes vehiculares para las actuales intersecciones, unaoen la entrada a Puerto, que ya se encuentra en servicio y funciona perfectamente, amén de orejas, andenes y amplias zonas verdes, y el otro en la “Ye de los Chinos” o desviación hacia Salgar y Pradomar que, aunque, por lo que a simple vista se observa, los accesos y salidas de este último a partir de una glorietica añuñía como las del Corredor Universitario no pintan muy bien, hay que darles el beneficio de la duda hasta que estén listas. 

La franja de ampliación que parecía muy ancha para ser berma y muy angosta para ser tercer carril, podría eventualmente ejercer ambos oficios, y podría también ser el carril para motos y ciclistas, y evitar las imprudencias y peligros en los que permanentemente incurren. Lo difícil es educarlos, que a riesgo de sus propias vidas y teniendo el espacio disponible no hay manera que por él transiten. Es como la tendencia a manejar por el carril izquierdo como si fueran ingleses, nada que entienden que se debe ir por la derecha (de paso, recuérdenlo al votar, la derecha es lo seguro) para poner la mayor distancia entre tu carro y el que transita en sentido contrario, que aún las barandas centrales de seguridad (otro acierto del proyecto) que impiden el cruce peatonal, podrían no impedir la invasión a tu calzada de un carro desbocado a alta velocidad.

En cuanto a la intersección a desnivel con la Circunvalar de la Prosperidad en cercanías de Uniatlántico, las obras no se han iniciado o no son visibles, que ojalá las manejen distinto, con menos trauma para los usuarios de la autopista; aunque por lento que lo hagan terminará antes de la elección del rector, que va para larga y parece rapiña por un pudín, no se entiende por qué. Aún no se conoce el nuevo diseño de su empalme con las vías existentes, no se sabe si cambiarán la glorieta erróneamente ubicada en puro frente a la entrada principal de la “U”, ni si atenderán otras válidas sugerencias propuestas. 

Por lo pronto, así como hay que criticar y llamar la atención sobre lo que pinta mal, hay que ponderar lo que pinta bien. Así que, bienvenida esta nueva y buena obra. 

Coletilla ambiental: Desde hace muchos años Conservación Internacional, bajo la batuta del costeño Fabio Arjona, propugna por la preservación del tití cabeciblanco, especie endémica, o sea única y propia colombiana, que se encuentra en riesgo de extinción y habita en bosques secos de nuestra región. Mucho se ha avanzado en la tarea, hoy con la arquitecta paisajista barranquillera Rosamira Guillén frente al proyecto Fundación Tití, que su importante gestión ha merecido un premio internacional, destacado reconocimiento por parte de nada menos que National Geographic. Bien por ella.

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