Los libros dicen que Google, que algunos pronunciamos como “googol” o “gúgol”, es un número, un 1 seguido de cien ceros, que los sabios matemáticos utilizan como referencia reducida de cantidades que la mente no llega a imaginar lo grande que son. Para el fútbol actual, Leo Messi es eso, un googol. Es un 1 seguido de un 0, pero que va acumulando otros ceros a la derecha, donde entonces el 1 toma una relevancia inimaginable. De momento, Messi ha llegado a los 100 goles en competiciones europeas, récord que sólo otro jugador, Cristiano Ronaldo, ha logrado alcanzar.
El público en general gasta sus palabras discutiendo sobre quién es mejor. Si Messi o Cristiano. Los ex futbolistas como Gary Lineker o entrenadores como Antonio Conte o Pep Guardiola lo tienen claro. Puede que en términos de cifras los dos sean similares, pero no hay duda que la diferencia futbolística se inclina hacia el lado del jugador del Barcelona. Messi es el auténtico número 1.
“God Save The King” rezaba la espectacular pancarta que se atrevió a descolgar el Camp Nou antes del partido de vuelta contra el Chelsea, mucho antes que Messi eliminara a los ingleses con dos goles y una asistencia extraordinaria que Dembelé convirtió en golazo. Raro que un campo donde se grita “independencia” en el minuto 17 de cada período, en donde se pita el himno español y el de la Champions, un estadio donde acuden muchos aficionados antimonárquicos, aparezca un “God Save The King”. Comprensible, sin embargo, cuando se entiende que el único ‘King’ que acepta el barcelonismo es el Rey del fútbol actual, que para ellos y para parte del resto del mundo no es otro que Messi.
El argentino, que dedica sus goles a la afición, dio las gracias en Instagram por el recibimiento cuando entró en el campo, por las muestras de cariño, por el apoyo al equipo que clasificó por undécima vez consecutiva a los cuartos de final de la Champions. “Linda noche. ¡Vamos por más!”, anunció.
Suerte tiene el Camp Nou, y los aficionados del Barça de tener a Messi en sus filas. Nadie imagina en este momento lo que será ese campo cuando Messi cuelgue las botas. El argentino ha hecho que las marchas de jugadores de la talla de Ronaldinho y Neymar, y de entrenadores como Rijkaard o Guardiola sean meras anécdotas cuando muchos anunciaban un apocalipsis en el equipo catalán. Verlo jugar es un placer único, una emoción inimaginable. Igual que “googol”.
Más Columnas de Opinión
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
Un faro de esperanza para la juventud
En medio del vendaval de desafíos que enfrenta la juventud contemporánea, marcada por la sombra ominosa de trastornos mentales que irrumpen cada vez más temprano en sus vidas, surge la necesidad imperiosa de tenderles una mano firme, de ofrecer
Café entre Evas
“Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas. ¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? ¿Qué sería de las mu
Para el Descanso
La revisión de los titulares de prensa, o de cualquier otro medio de comunicación, se ha convertido en una seguidilla de sobresaltos. Quizá sea porque en estos tiempos todo se actualiza permanentemente, o porque la dependencia del clic induce l