El venerable Palacio de Westminster, parcialmente en obras desde hace tiempo, alberga lo que se considera el parlamento más antiguo del mundo. Para algunos, los orígenes del Parlamento británico se remontan incluso a la Carta Magna de 1215. Sin duda, la madre del parlamentarismo moderno. Los debates vivos y a veces caóticos en la Cámara de los Comunes, con dos bancadas enfrentadas y los arcaicos rituales resultan extraños a ojos del observador extranjero. Pero, hasta ahora, sus señorías solían ser bastante eficientes en el apoyo o fiscalización del Gobierno.
Estos días, sin embargo, Westminster ofrece un espectáculo cada vez más esperpéntico a cuentas del dichoso Brexit. El speaker, o presidente de la cámara, John Bercow, se ha convertido en una celebridad mundial con sus corbatas de colores imposibles y sus gritos para guardar el “order, order”, pero ni siquiera él ha podido evitar el caos absoluto. Desde hace semanas los diputados intentan ponerse de acuerdo sobre cómo el Reino Unido debería salir de la Unión Europea, sin ningún éxito. Bruselas les ha concedido una prórroga hasta el 12 de abril para que se aclaren.
La situación es digna de una película de los Monty Python. El lunes, en pleno debate sobre el Brexit, irrumpieron unos activistas medioambientales semidesnudos en la galería de los visitantes, algunos de los cuales presentaron el trasero a sus señorías. El artista Banksy visualizó las bancadas verdes de Westminster ocupadas por monos y el ilusionista israelí Uri Geller ha ofrecido sus poderes paranormales para frenar el Brexit.
Parece una broma en el Día de los Inocentes, pero no. Los diputados rechazaron el lunes las cuatro alternativas al plan de salida de la primera ministra Theresa May, que a su vez ha sido derrotado ya tres veces. Es la prueba de que es mucho más fácil posicionarse en contra de algo, como en el voto por la salida de la UE en el referéndum de 2016, que ponerse de acuerdo sobre cómo será la futura relación del Reino Unido con Europa. Ahora May quiere buscar una nueva solución con el líder de los laboristas Jeremy Corbyn, después de haberle ignorado durante dos años (en Bruselas no daban crédito al hecho de que May ni siquiera tenía el número de teléfono móvil del líder de la oposición).
Es posible que Londres pida otra prórroga más allá del 12 de abril para que May y Corbyn puedan pactar otro acuerdo de salida. Llegados a estas alturas sería incomprensible retrasar el final a no ser que sea para convocar elecciones anticipadas en el Reino Unido, vista la incapacidad de la actual Cámara de consensuar un Brexit. Obviamente, unas elecciones no garantizarían que después haya una composición en el Parlamento más propicia a lograr un acuerdo. Pero merecería la pena intentarlo. Si no, siempre queda la propuesta de Uri Geller, que también tiene nacionalidad británica. Invita a la ciudadanía a disparar ráfagas de telepatía una vez al día contra May para lograr que convoque un segundo referéndum. Good night.
@thiloschafer
Más Columnas de Opinión
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
Un faro de esperanza para la juventud
En medio del vendaval de desafíos que enfrenta la juventud contemporánea, marcada por la sombra ominosa de trastornos mentales que irrumpen cada vez más temprano en sus vidas, surge la necesidad imperiosa de tenderles una mano firme, de ofrecer
Café entre Evas
“Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas. ¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? ¿Qué sería de las mu
Para el Descanso
La revisión de los titulares de prensa, o de cualquier otro medio de comunicación, se ha convertido en una seguidilla de sobresaltos. Quizá sea porque en estos tiempos todo se actualiza permanentemente, o porque la dependencia del clic induce l