Teo merece el llamado
¿Qué será lo que pasó con Teófilo Gutiérrez en la Selección Colombia? ¿Qué situación extradeportiva aconteció? ¿Con quién discutió? ¿Qué hizo? ¿Qué le hicieron? ¿Qué dejó de hacer?
José Pékerman no tiene ninguna razón futbolística para dejar por fuera al barranquillero de la lista de 40 jugadores preinscritos de cara a la Copa América Centenario. Viene jugando bien y anotando goles en el Sporting de Lisboa, que ayer quedó a un pasito del título de la Liga de Portugal (finalmente Benfica se coronó campeón por solo dos puntos de ventaja).
Teo, autor de 15 anotaciones en la temporada lusa (¡ocho en los últimos ocho partidos!), ya conoce el trabajo táctico, las exigencias y el estilo del DT argentino. Siempre fue un fijo en sus llamados y no necesita periodos de adaptación ni nada de esas cosas que a veces engullen para justificar las ausencias de algún jugador en una Selección.
Si es por competencia, el único que estaría por encima de su jerarquía y momento, entre los delanteros preinscritos, es Carlos Bacca. Nada más. Felipe Pardo, Luis F. Muriel, Harold Preciado, Luis Quiñones, Marlos Moreno, Dayro Moreno, Roger Martínez y Adrián Ramos, no. Muriel y Marlos ni siquiera son titulares rigurosos en sus clubes. Y ninguno de todo ese grupo posee características similares a las de Teo.
¿Entonces por qué no tenerlo en cuenta? “Teo merecía estar en la lista de los 40”, dijo Carlos ‘El Pibe’ Valderrama al respecto. Yo diría, después de ver el gran remate de campaña que tuvo el barranquillero y con las alternativas ofensivas que posee Pékerman ahora mismo, que merece un cupo en la lista final de 23 futbolistas.
Sus ocho goles en los últimos ocho partidos es una clara demostración de la recuperación de su fútbol, de la conclusión del bajón que lo borró con justicia de la convocatoria para las dos últimas fechas de la eliminatoria. En ese instante sí había razones de sobra para excluirlo. Teo era suplente, no había hecho pretemporada, estaba sin ritmo. Bien sacado en aquella ocasión, pensé que era una buena manera de pellizcarlo, pero esta vez es inexplicable e injusto deportivamente.
Respeto el trabajo de Pékerman, me parece que es un sabio del fútbol, que le ha devuelto la grandeza al combinado patrio y suelo estar de acuerdo con sus decisiones, pero ahora no comprendo el tachón al nombre de Teo.
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