Renta mínima
Esta idea busca focalizar los esfuerzos en subsidios a las personas que verdaderamente los necesitan, cambiando el criterio de asignación de subsidios que actualmente se centra en los estratos socioeconómicos, para hacerlo a través de los inscritos en el Sisbén.
La pandemia dejó a 3 millones más de personas en situación de pobreza, la informalidad laboral asciende al 60% de las personas empleadas y tenemos una cobertura pensional del 25%. Las cifras seguramente ya las conocen, como también es de amplio conocimiento que la pandemia ha acabado con los logros sociales alcanzados en la última década. La dificultad al analizar estas estadísticas es encontrar una solución a un problema gigantesco: el deficiente contrato social. Solo basta con tomar la ruta Barraquilla- Ciénaga, para concluir que hay serias deficiencias en el contrato social, cuando hay personas con pisos de barro, que queman la basura en el patio y que carecen de cualquier servicio público.
Una idea sensata se pone sobre la mesa, se trata de las reformas propuestas por Fedesarollo en materia laboral, pensional, tributaria y en el régimen de subsidios. Según lo expuesto por el director de Fedesarrollo Luis Fernando Mejía, el 60% de los subsidios en Colombia llegan a personas no pobres, lo que se traduce en que los esfuerzos actuales del gobierno, si bien son significativos, no tienen la cobertura necesaria y no llegan a quienes más lo necesitan. La propuesta de “Fedesarrollo denominada Reformas para una Colombia post-covid 19: hacia un nuevo contrato social”, plantea un nuevo sistema de subsidios que responde a una necesidad elemental de la situación social de Colombia.
Lo que sugiere este centro de pensamiento frente al régimen tributario es establecer una renta mínima para personas que se encuentren en situación de pobreza monetaria, que consistiría en la entrega mensual de $35.000 pesos a adultos menores de 65 años, $35.000 pesos por cada menor de 18 años – con un máximo de hasta 3 menores por hogar y con la obligación de asistencia al colegio- y un subsidio de $412.000 para adultos mayores de 65 años que no cuenten con una pensión contributiva. Este nuevo sistema de renta mínima, que no sería una renta básica universal, remplazaría los programas de Familias en Acción, Jóvenes en Acción y al programa creado con ocasión de la covid-19, Ingreso Solidario. Esta idea busca focalizar los esfuerzos en subsidios a las personas que verdaderamente los necesitan, cambiando el criterio de asignación de subsidios que actualmente se centra en los estratos socioeconómicos, para hacerlo a través de los inscritos en el Sisbén.
Si se lograra establecer este programa que tendría mayor cobertura y asertividad en los destinatarios, la Nación tendría que hacer una inversión anual de 6 billones de pesos, de los cuales se podrían descontar 4 billones que actualmente se destinan a los programas de subsidios. La propuesta de Fedesarrollo implica una reforma tributaria y pensional; frente a la primera habría que decir que, si queremos salir de la crisis y tener un país con menores índices de pobreza y desigualdad todos tenemos que aportar, ante la segunda podría decirse que el régimen pensional tiene tantas debilidades que el tema merece otra propuesta, o como mínimo que escriba otra columna.
En cualquier caso, la crisis que enfrenta el país no amerita cosa menor que una gran reforma al contrato social.
@tatidangond
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