El Heraldo
Opinión

Mirreyes colombianos

Esto habla profundamente de nuestros principios como sociedad, porque, por un lado muestra lo interesadas que pueden ser las personas, y por el otro, el inmenso vacío emocional que tienen muchos jóvenes, que los lleva a sentirse especiales por algo tan efímero como lo es tener un carro o cualquier otro bien. Ojalá este comportamiento no se siga replicando, porque no es un asunto de libertades económicas, sino del ejemplo que le están dando a otros jóvenes del país. 

Hace algunos años me encontré con un video en el que se mostraba el suntuoso estilo de vida de mexicanos conocidos como los “mirreyes”,  jóvenes que presumen sus carros, yates y dinero. Cuando vi el artículo de Cambio y los videos que mostraban los Ferrari en los que algunos estudiantes de los Andes llegaban a la universidad, no pude evitar identificarlos con esta tendencia juvenil a ufanarse de los bienes materiales que les dio su familia. Estos videos se han hecho virales en las redes sociales, en las que se comenta, entre otras cosas, que la gente puede comprarse y transportarse en lo que quiera, que es un despropósito tener un Ferrari en una ciudad llena de huecos y trancones, o que es inaudito que haya personas capaces de mostrar tanta opulencia en un país con tanta pobreza. 

Para analizar este comportamiento sin generar interpretaciones equivocadas, se debe partir de una premisa sencilla, esta es, que cada quien puede hacer con su dinero y su patrimonio lo que tenga a bien, como es lógico, siempre que venga de fuentes lícitas. Ahora, lo que se cuestiona de los lujos de estos jóvenes no es la forma en la que sus familias toman sus decisiones financieras -las cuales, naturalmente, solo les debe interesar a ellos-, sino el efecto social que tiene tal nivel de despropósito y las causas que los han llevado a sentirse más importantes o valorados frente a los demás por sus bienes o lujos. 

Promover una cultura de excesos y lujos como el medio para ser valorado socialmente, tiene un efecto tremendo para Colombia; un país donde se han sacrificado valores importantes como el respeto, la legalidad y la honestidad, para acumular ostentosas riquezas que no siempre han tenido como origen una actividad legal. Ahora, no basta con endilgarles responsabilidades de estas conductas a estos jóvenes o a sus padres, es necesario entender las causas que los llevan a querer comprarse un carro de ese estilo para ir a la Universidad. Una primera hipótesis es que en Colombia se valora de forma desproporcionada a las personas que muestran su lujo y su dinero, se les da un tratamiento social diferente, más complaciente y benigno que al de una persona que tenga menor capacidad económica. 

Esto habla profundamente de nuestros principios como sociedad, porque, por un lado muestra lo interesadas que pueden ser las personas, y por el otro, el inmenso vacío emocional que tienen muchos jóvenes, que los lleva a sentirse especiales por algo tan efímero como lo es tener un carro o cualquier otro bien. Ojalá este comportamiento no se siga replicando, porque no es un asunto de libertades económicas, sino del ejemplo que le están dando a otros jóvenes del país. 

@tatidangond 

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Hugo Illera Jiménez

Junior y el sentido común

La lógica y sus connotaciones ha sido utilizada para estudiar el actuar del ser humano en su razonamiento y actitudes. De igual manera se usa para identificar el hacer del ser humano en su pensamiento y actuaciones de manera sencilla. Hay quienes

Leer
El Heraldo
Eduardo Ortega del Río

La Reforma Laboral de Shakira

En su más reciente canción la barranquillera más influyente del mundo siguió con su estilo magistral de hacer denuncia social moviendo las caderas y cantando letras que desahogan un grito mudo de millones de trabajadores esclavizados. Además

Leer
Ver más Columnas de Opinión
DETECTAMOS QUE TIENES UN BLOQUEADOR DE ANUNCIOS ACTIVADO
La publicidad nos ayuda a generar un contenido de alta calidad
No quiero apoyar el contenido de calidad
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.