Con el inicio de la temporada turística es usual que múltiples personas, amigos y conocidos me escriban preguntando sobre recomendaciones de lugares, restaurantes y tours en Santa Marta, una ciudad que sin duda es de las más concurridas en las vacaciones y fiestas en Colombia. Al final de las vacaciones, estas mismas personas llegan casi de forma unánime a esta conclusión: Santa Marta es espectacular, el ambiente es único, la naturaleza y las playas son inigualables, pero hay una carente logística pública organizada para el turista, la informalidad es agobiante y no hay información centralizada sobre los atractivos de la ciudad. Por este hecho que año tras año se repite y estando en debido término para presentar la carta al Niño Dios, quisiera recomendar para las autoridades públicas y para la administración distrital los siguientes puntos elementales para que la experiencia del turismo en Santa Marta sea sustancialmente mejor: 

1. Regular el tránsito y movilidad en los principales puntos de llegada y concentración de los turistas: El Rodadero, por ejemplo, no debería estar lleno de buses intermunicipales. Deberían establecerse puntos de llegada y recogida que no obstaculizaran la movilidad de los locales y de los turistas que quieren conocer la ciudad sin verse abrumados por el trancón. 

2. Establecer puntos de información: el aeropuerto, El Rodadero, el Centro Histórico y Taganga (por sugerir algunos puntos) deben tener puntos de información para los turistas, en los que se tengan mapas de la ciudad, medios de transporte, museos, estructuras históricas, direcciones de hospitales y comisarías para casos de emergencia. 

3. Control ambiental: el Código de Policía establece sanciones para quienes arrojen basura en espacio público. Se tienen que hacer campañas para concientizar a los turistas y locales de la importancia de mantener las playas limpias, pero si estas no funcionan, imponer las sanciones policiales a las que haya lugar. 

4. Previsión del número de personas que ingresarán a la ciudad y, en esa medida, tomar las medidas para que la prestación de los servicios públicos, en especial el agua, no se tenga que racionalizar por falta de infraestructura u organización. 

5. Reducción de la informalidad: el comercio informal es agobiante en todas las playas de la ciudad. Si bien hay personas acreditadas para ofrecer servicios y productos en la playa lo cierto es que tiene que haber una mejor gestión en cuanto a la organización de vendedores ambulantes. 

Actualmente hay iniciativas del sector privado que le han dado una cara diferente a la ciudad para los turismos, sin embargo, la organización de las playas y de la ciudad que requieren el ejercicio de la autoridad y la inversión en infraestructura, señalización y control, no pueden ser reemplazadas por la inversión privada. 

Asimismo, como la limpieza y la preservación del medio ambiente es un asunto de todos, a quienes visiten Santa Marta los invito a dejar la menor huella ambiental posible y cuidar de los recursos naturales de la ciudad. Es de todos. 

@tatidangond