El Heraldo
Opinión

Subversión a la subversión

Durante día y medio habíamos estudiado las posibilidades de comunicación del ELN con un grupo de seis guerrilleros que hacen parte del grupo negociador que en La Habana trabaja con los representantes del Gobierno Nacional comandados por el exvicepresidente Gustavo Bell.

Después de ese ejercicio hicimos un resumen final. Cada uno con sus libretas de apuntes al frente, recordó las ideas más importantes del largo coloquio; fue cuando caí en la cuenta de que allí, a poca distancia del lugar donde ELN y Gobierno discutían, estos guerrilleros comunicadores y yo habíamos adelantado una operación subversiva contra la subversión.

Así que les dije que ese esfuerzo por darles eficacia a las palabras, subvertía una de las bases de un grupo armado que es su fe en la fuerza transformadora de las armas.

Recordando a Hannah Arendt cité su afirmación rotunda: la guerra es muda. Con el uso de las armas se busca silenciar al enemigo, que entre el estruendo de los disparos y el estallido de las bombas deja de escuchar razones y solo atiende a su instinto más primario que es el de sobrevivir. Las armas también silencian al guerrero que, al usarlas, está convencido de que el enemigo, por ser el mal, debe ser destruido, conclusión trágica a la que se llega porque no se ha encontrado otra solución posible al conflicto.

En la agenda de esta reunión en La Habana el objetivo era el de recuperarles a las palabras de los guerrilleros su valor y su fuerza, en todo diferente de la fuerza de las armas.

Puesto que no se trataba de encontrar fórmulas técnicas para hacer documentales, redactar noticias o producir noticias, que de eso están llenos los manuales y los libros de texto de la universidad, comenzamos con la  afirmación de base: uno escribe informaciones o historias para que se las crean, lo otro sería escribir para el cesto de los papeles. Y a uno le creen cuando hay coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Les recordé el rechazo de la opinión pública al asesinato de un líder indígena cuando comenzaban las conversaciones en Quito. ¿Qué hacer entonces?

Quedó en evidencia que cualquier intento de comunicación tendría que obedecer a la voluntad de reconstruir confianza, y uno confía cuando está seguro de que le dicen la verdad; si, por el contrario, se percibe que la comunicación se utiliza para hacer propaganda, la confianza se debilita y el mensaje pierde su fuerza comunicativa. Si, además, se encuentra engaño en el mensaje, a la pérdida de confianza se agrega el rechazo.

No había sido el propósito de esta jornada, pero al hablar de las palabras y la comunicación, llegó el tema de la conexión entre comunicación y la paz.

La apuesta por las palabras y por la comunicación es una apuesta por la paz, porque le da todo su valor y su fuerza a la razón; y puesto que las acciones armadas son la derrota de la razón, las campañas por una comunicación generadora de confianza y descontaminada de propaganda, crean el ambiente propicio para la paz.

Esa jornada y media podría tener como resultado que estos guerrilleros, en el futuro, crean menos en el poder de las armas y más en la fuerza discreta, pero real, de las palabras.

Jrestrep1@gmail.com.
@JaDaRestrepo

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Hugo Illera Jiménez

Junior y la sanción a Jorge Duarte

En los más de cuarenta años que he estado en la industria de los medios de comunicación, el fútbol siempre ha sido la misma historia. Los temas del Junior de Barranquilla, por partidos accidentados y fallos arbitrales, siempre se maximizan y s

Leer
El Heraldo
Álvaro López Peralta

¡A marchar este 21 de abril!

Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa

Leer
El Heraldo
Roberto Zabarain

Actuar como jauría

Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo

Leer
El Heraldo
Fabrina Acosta Contreras

El malestar

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.