Desde que el departamento del Atlántico y la ciudad de Barranquilla quedaron incorporados en la nomenclatura y geografía nacional como estructuras políticas autónomas e independientes se estableció en ellos la vocación industrial y portuaria. Siempre con éxito avanzamos a través de dos siglos prácticamente en la estructuración de esa imagen de acuerdo con los resultados. El turismo –entonces como apenas una actividad incipiente– ni siquiera se avizoraba como una nueva actividad rentable y atractiva.
Cartagena –con infraestructura propia– abrió la ruta del turismo y la lideró en el país desde el principio. Las demás capitales le siguieron la pista, unas con éxito, pero no igual, y otras se quedaron rezagadas. Atlántico y Barranquilla, en este aspecto, no arrancaban. ¿Por qué? Porque no había conciencia turística, estábamos encasillados en solo actividades portuarias e industriales, muy efectivas por cierto.
Hace 20 años empezamos con varios grupos afines a trabajar en un cambio de objetivos y en el reconocimiento de muchas bases sólidas que teníamos para encausarnos en el turismo. Se crearon las oficinas gubernamentales del Departamento y del Distrito. Se empezó a trabajar en la concientización de la gente y en que sí teníamos con qué responder. Y en la capacitación también. En la Presidencia de Anato pudimos mostrarles a Colombia y al exterior que sí teníamos capacidad turística y trabajábamos en la solidez de la oferta y la demanda. Algunos asomos fueron los primeros vuelos chárter que trajimos con otros colegas de Canadá y Europa. La gente llegó, disfrutó, nos conoció y se fueron felices.
Es indudable que Eduardo Verano y Alex Char fueron artífices gubernamentales de este impulso. José Antonio Segebre, igualmente. Lo principal: se unificaron las dispersas entidades y fuerzas que cada una por su lado trabajaba con entusiasmo. Agencias de viajes, hotelería, operadores y aerolíneas comprendieron que la unión hace la fuerza. Hoy día somos un destino turístico que figura en los mapas, guías, ofertas y objetivos nacionales e internacionales. Ya nos estamos mostrando con éxito en otros escenarios. Nos están conociendo. Ya saben de nuestras artesanías, de nuestros siete museos, de nuestros centros comerciales, de las bellezas escondidas como Bocas de Ceniza, la Catedral y los barrios residenciales. Ya saben que existimos. Aparecemos en los folletos y con el apoyo del Viceministerio de Turismo estamos creando las rutas turísticas, concentrando destinos desde Córdoba hasta La Guajira por sectores o globalmente, según los días de permanencia, objetivos del visitante y presupuesto.
Fontur, el fondo impulsor del Viceministerio, está respaldando. Estamos mostrando nuestros atractivos, que son muchos pero no lo sabíamos. No solamente es nuestro maravilloso carnaval, disponemos de 6.000 camas, nos visitaron el año pasado 5.000 pasajeros y las aerolíneas han duplicado sus itinerarios. Ya no solamente somos unos pocos los que creemos en lo nuestro, ya todos los ciudadanos son conscientes de que sí podemos.
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