El Heraldo
Opinión

Se aproxima el huracán

El problema no es que exista la religión o la política, el problema es que exista el fanatismo. Así de simple. Es el fanatismo el que conlleva a que los seres humanos se maten por un Dios que, al final de cuentas, es el mismo. Es el fanatismo el que enferma a la gente hasta volverla ciega, sorda y muda ante un político convertido en ídolo. Es el fanatismo el que no permite darle espacio a la tolerancia, pues para aquel que es fanático, le es imposible concebir un mundo que no esté regido bajo su propia perspectiva. 

La idolatría en exceso es una de las más grandes enfermedades que tienen a este mundo al borde del abismo, pues aunque desde siempre el ser humano ha sido un ser violento, corrupto y hambriento de poder, el constante y fácil acceso a las redes sociales ha permitido que cualquiera con una voz fuerte, y que tenga un discurso que divida, confunda, atemorice y corrompa, genere en millones de seguidores, un odio en masa. 

Lo que sucedió en Barcelona recientemente, y que ha venido sucediendo en las principales capitales turísticas del Planeta, es una muestra más de que nos encontramos en un punto de la historia de la humanidad al que me gusta llamarle: la siembra del miedo colectivo, del miedo globalizado, y del miedo viralizado. Pues, a diferencia de lo que muchos digan, el hecho de que pasen estas tragedias no significa que ahora la gente esté más loca, simplemente significa que ahora cualquier loco tiene canales para decir lo que quiera, y, por ende, puede encontrar fácilmente dementes que piensen como él. El hecho de que uno de los puntos más representativos de España hoy sea símbolo de terrorismo, no significa que el ser humano sea más violento, pues desde que se tiene registro y como lo recalqué en el párrafo anterior, hemos sido una especie fundamentalmente violenta. Sencillamente ahora podemos tener acceso, de manera continua, a su lado más oscuro y, peor aún, tenemos a nuestro alcance, la opción de ‘retweetearla’ hasta convertirla en tendencia. El hecho de que hoy el mundo amanezca más atemorizado que antes, no significa que ahora este sea uno más cruel, más racista o más intolerante que el del pasado, solo significa que este presente es cada vez más inmediato, más amarillista, más morboso, y más accesible. 

Lo más triste de todo es que cuando este temor se convierta en más odio, uno que no tardará en llegar y que se esparcirá como el fuego con gasolina, va a ser cada vez más difícil salirse de este círculo vicioso de violencia y de racismo, ya que, lastimosamente para tantos, las generalizaciones y los estigmas hacen parte de nuestra esencia defectuosa. Y, así, seguiremos dividiéndonos entre ‘aquellos’ y ‘nosotros’, seguiremos restringiéndoles la entrada a todo lo que no se parezca a lo ‘normal’, seguiremos tratándonos de ‘otros’, de ‘distintos’ y, de ‘enemigos’, y seguiremos abriendo cada vez más la brecha que separa a una misma especie en subcategorías, unas que van desde la A hasta la Z, y que rigen su grado de importancia según el color de la piel, las creencias religiosas, la inclinación política y la clase social.  

Porque después de la tormenta no siempre llega la calma. Especialmente, cuando se aproxima un huracán lleno de miedo y desprecio.   

 

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Hugo Illera Jiménez

Junior y la sanción a Jorge Duarte

En los más de cuarenta años que he estado en la industria de los medios de comunicación, el fútbol siempre ha sido la misma historia. Los temas del Junior de Barranquilla, por partidos accidentados y fallos arbitrales, siempre se maximizan y s

Leer
El Heraldo
Hernando Baquero Latorre

A cuidar las marchas

Las marchas y manifestaciones han desempeñado un papel crucial en la dinámica de los cambios sociales a lo largo de la historia. Estos eventos han sido catalizadores potentes para transformaciones sociales y políticas, y van más allá de la le

Leer
El Heraldo
Óscar Borja

¡Lee la naturaleza!

Para quienes compartimos que Dios es el creador del universo y de la vida o para quienes no lo aceptan, lo único claro es que, de todos los seres vivos existentes en la naturaleza, el único que tiene la capacidad de comunicarse con sus semejante

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.