A pesar del ‘affaire’ Sauxis.Y de la tan cacareada “polarización” sobre el tema, palabra que los medios han adoptado y repetido sin descanso. El hecho real es que 2 calificadoras internacionales de riesgo le mantuvieron a Colombia el grado de inversión. Dentro de ese rango, una le bajó algo y la otra se lo compensó en idéntica proporción. Siempre en todas partes han existido opiniones contra puestas, es lo normal en las democracias que aquí se expresen con intensidad y algo de pasión, seguramente que sí. Pero la palabreja de la “polarización” es un calificativo mediático que la gente repite. Lo del negociador sucreño Sauxis Hernández, pedido en extradición y que tanto tiempo de medios ha copado, se pensó que con el fallo negativo de la JEP eso irritaría a Washington, más el hecho real del crecimiento de los cultivos en el sur, de la hoja sagrada de los incas,  la que ellos solían mascar y los gringos pagar para oler, pero no incidió mucho. Esos dólares, el grueso se debe quedar en su economía, ellos deben percibirlo y no se escucha que el de allá lo persigan mucho.

El lenguaje y sus efectos. Las variaciones en el tipo de cambio del dólar versus los pesos se han acentuado, pero los comunicadores lo presentan como “subió el dólar” cosa que entusiasma a los exportadores, como por ejemplo los de café –así Maduro diga ahora que la mitad del grano es venezolano contrabandeado y reempacado en los sacos con el emblema de Fedecafé– las ventas foráneas del oro, níquel, carbón, banano, aceite de palma, petróleo, azúcar, flores, etc. Muy poco se menciona el equivalente: bajó el peso colombiano, esas son malas nuevas que se esconden debajo de las alfombras al barrer. Los TES que se compran con el ahorro de los pensionados valen menos y las deudas contratadas en moneda extranjera –cuando eso toca porque es lo disponible– cuesta más al Tesoro Público atenderlas. Al ánimo nacional es mejor decirle que subió el dólar para contento de los que los tienen –declarados u omitidos– en vez de “sigue perdiendo precio” el peso colombiano, el de todos. Como consecuencia de esa devaluación se supone vendrán más turistas extranjeros y muchos paseantes nacionales conocerán más a su país en vez de vitrinear y comprar artículos asiáticos en los ‘mall’ de Florida. En los nuevos centros comerciales –estupendos– de Barranquilla, Soledad, Cartagena y Montería, se encuentra variadísima oferta y se elimina la limitación de las aerolíneas generalizada versus los grandes equipajes de antes. Hoy mini maleta con ruedas y más nada.

Video arroyos. A pesar de la muy grande tarea Distrital versus los trágicos arroyos barranquilleros –algo queda–, vecinos al viejo hospital General de Barranquilla, que está en proceso de renovación y aquel que impulsara Monseñor Carlos Valient, el clérigo inolvidable por sus obras sociales y quien declinó humildemente su designación como primer obispo de Barranquilla y luego la diócesis de Santa Marta, a lo que queda del vetusto hospital público todavía las aguas lluvias lo circundan. Doña Erlinda de Char presidió a sus damas voluntarias por años. Nuestra primera alcaldesa, Miriam Llinás de Ovalle, con ella participaba. Ojalá que ese sector también pueda ser canalizado –sabemos que cuesta, pero toca–. Mucha gente de los sectores populares ha recibido sus eficaces cuidados.

¿La paz comenzó a irse de Sucre?. Afortunadamente el ganadero de tradición Jorge Luis Támara Olmos fue liberado y volvió a Sincelejo después de un secuestro express. Esta columna ya había mencionado la semana anterior la presencia de caminantes nocturnos por esas tierras caribeñas, “silenciosos como gatos, pero con botas”. ¿Será delincuencia común?, ¿será guerrilla?, para la tranquilidad de los que tienen que ir a trabajar en sus fincas esta desaparece y la inversión en el campo se va, el empleo precario se merma. ¿Cuál revalorización del catastro rural se intenta producir con secuestros? Las fincas no están produciendo gran cosa y si los dueños las comienzan a visitar menos, o tienen que incurrir en “gastos de protección” como les toca a los bancos, a las grandes cadenas de almacenes, industrias. Piensen lo que quieran. Sucre es un departamento agropecuario sino hay seguridad rural su economía en mal estado se empeora. Salvo el número de motos, tiene de los más bajos indicadores del Caribe.