Gravámenes a los dividendos

 En el reino de España, las rentas por dividendos están gravadas así: los primeros 6.000 euros pagan el 19 % de impuestos, cuando el contribuyente recibe hasta 50.000 euros paga 21% y si recibe más de esa suma los impuestos suben al 23% de esa renta.

¿Será por eso que compañías españolas encuentran a Colombia fiscalmente atractiva?

200 años de independencia, pero ¿nacional?

 El 7 de agosto se conmemora por la Batalla del Puente de Boyacá importantísima para la gesta libertadora. Con la huida del virrey español y la Real Audiencia embarcados en Honda para refugiarse en la Plaza fuerte de Cartagena, la meseta Cundiboyacense, el pie de monte y los territorios llaneros quedaron bajo la autoridad de Bolívar y Santander. No así, ni el gran Cauca, ni la Costa Caribe, comenzando por Santa Marta que fue realista hasta el final. De paso, el general Santander, contra todo lo usual, encargado del mando apenas Bolívar se fue, no mantuvo prisioneros a la alta oficialidad del ejército español que había rendido sus armas, sino que los hizo fusilar sin tardanza. El mal ejemplo viene de atrás.

Festejo cojo

Solo hasta octubre 10 del año siguiente, cuando el Virrey, los magistrados de la Real Audiencia y los restos de la Armada Real de Tierra Firme, abordados y derrotados la noche de San Juan, en la bahía de Cartagena por el almirante riohachero José Prudencio Padilla, con sus marineros mulatos y vencidos por el general Mariano Montilla, los que defendían la plaza fuerte, se consolidó realmente “la Independencia Nacional”. Luego de rendirse las fuerzas reales de mar y tierra fueron embarcados y conducidos hacia la Habana en sus propios barcos por el almirante Padilla, quien después retornó a Cartagena con la flota española como botín de guerra. Si en Bogotá lo celebran como Independencia nacional, el 7 de agosto, sería un festejo cojo. Al bicentenario independentista hay que celebrarlo, pero en Cartagena, en octubre del año próximo. Desde la academia de la historia de Barranquilla los estamos alertando.

Autogol de Trump

Los chinos deben estar filosofando , “para sacacarse el clavo” sobre los impuestos del presidente gringo a sus exportaciones a EEUU. Seguramente pensaron que mientras Norteamérica consigue proveedores sustitutos, el consumidor votante elector de Trump terminará pagándolo, con las alzas de precio que los importadores le trasladarán, sin duda. Los chinos son enormes acreedores del tesoro del Tío Sam, son dueños de un porcentaje importante de los títulos de deuda pública gringa, hasta le pueden comenzar a cobrar. De pronto, indulgentemente, solo le disminuyen las compras de más bonos del Tesoro para corresponderle las atenciones. Los almacenes Walmart son los más grandes comercializadores en EEUU de artículos importados de China continental. Las dueñas y riquísimas octogenarias Walton pueden considerar donar, con sus miles de empleados, algunos fondos a la campaña del candidato demócrata aspirante a reemplazarlo en las próximas elecciones. Las industrias consumidoras de materias primas chinas igualmente. Como los precios de mercancías que involucren insumos chinos pueden tender a subir, si el nivel de consumo se llegase a afectar –como puede suceder– el Sistema de Reserva Federal puede estar pensando en bajar las tasas de interés para compensar la baja de ventas y estimular nuevamente el consumo perdido fomentando así la demanda. De esta manera la producción y el empleo se sostienen. Cuántas maniobras para neutralizar las decisiones de Trump –un deudor ingrato–. Los chinos silenciosamente algo deben estar planeando para que pierda su aspiración reeleccionista.