Se sabía. Para nadie es un secreto que la JEP es un engendro para tapar culpas de los guerrillos, así que el fallo sobre Santrich, sorpresa, no causó. Sorprendieron las magistradas Gloria Amparo Rodríguez y Claudia López Díaz, quienes resultaron coherentes e imparciales juristas, que gracias a ellas el fallo lució contraevidente, se aprobó con mayoría precaria, y puso a Jesús Bobadilla ponente del adefesio a incursionar en unas explicaciones que nadie entendió.
Es que la droga mueve demasiado billete. Cada vez más, pues cada año son más las hectáreas sembradas en coca, y las cifras que se producen son cada vez más astronómicas. Todo ese billete lo utilizan para corromper en todas las actividades y a todos los niveles. La diferencia es el precio. Fíjense en Nick Casey, reportero que no temió pasear en zona roja con guerrillos armados, pero lo asustó un trino de la Cabal; Casey montó en el NY Times, diario gringo especialista en la contravía, dos artículos a favor de la subversión y contra nuestras fuerzas del orden. ¿Extraño que sin más se los publiquen y destaquen? Algo habrá.
El letal ataque a los narcos debe ser a sus finanzas, pues tan altas cantidades de dinero no pueden pasar desapercibidas para bancos, cajas de cambio, y entes que manejan efectivo. Pero la extradición es un arma valiosa e intimidante. Los narcos han repetido que prefieren una tumba aquí, y no una cárcel allá. Pregunten a Simón Trinidad. Así que a Santrich, como sea, hay que extraditarlo. Pero aquí nadie tiene autoridad. Ni la JEP, el man está preso; ni el fiscal, comenzó y se fue; el Procurador apelará que sí, pero también que no; y Duque no se impone mediante la Conmoción Interior. Total, todos cacarean, nadie define nada, y nadie le cree a nadie.
No estaríamos en estos vaivenes si el Congreso aprueba por lo menos las objeciones a lo de la extradición, y a la violación a niños. Dos de 150. Hoy los políticos se rasgan las vestiduras, y hasta la oposición (¿qué tal? Quieren aquí y allá) clama por ir a las reuniones de los partidos convocadas por Duque. Pero en su momento, con la JEP esperando el resultado de las objeciones en el Congreso, por demostrar poder, por puro ego, por presionar puestos y contratos, por politiquería, antepusieron sus apetitos al bien común, y votaron en contra. O sea, por tirarse a Duque se tiraron al país. Los verdaderos culpables no son la JEP ni la Linares ni Badillo ni Vivanco ni la ONU ni los devaneos de la Cortesana Constitucional. Los culpables son Iragorri, Gaviria, y Vargas Lleras.
Coletilla: Bueno lo de Margarita Cabello al gabinete. No sólo por sus méritos y comprobadas calidades de jurista, sino que el Caribe cuenta con un ministro más. Felicitaciones. Coletilla futbolera: Pese a los resultados, el equipo gana perdiendo. Da gusto ver a chicos locales, 19 años promedio, enfrentarse a planteles curtidos, con nóminas altas, que jugaron en la A, y darles guerra de tú a tú. Bien por el Barranquilla Fútbol Club, que nos prepara Dittas, Fuentes, Luchos Díaz, y muchos más.
rzabarainm@hotmail.com
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