Pasó la navidad y está encima el nuevo año, que tiene una numeración atractiva y sugestiva, 2020, y que nos agarra tan optimistas y confiados que, aunque Guaidó ande atollado, hasta a la región y al mundo, los vemos bien: En Chile las cosas se están normalizando, Bolivia derechizándose, y Trump imponiéndose sobre una polarización fomentada por algunos poderosos medios que le son adversos. Boris Johnson, por su parte, sacará adelante y sin rollos el Bréxit, todo pinta bien. Y en el país también hay optimismo, los revoltosos equivocaron el ardid, se sollaron con las peticiones, y nadie les parará muchas bolas. Duque cada vez convence más con su conciliador estilo y la firmeza de sus propósitos y posturas, y el Congreso, con las obvias excepciones de sobra conocidas, cada vez actúa mejor y más unido. Buena cosa.
Lo de aquí es caso aparte: Arrancan las administraciones Elsa y Pumarejo, o sea, todo pinta bien. El nuevo alcalde se enfrenta al gran reto que le deja su antecesor, pero está de sobra formado y preparado para que la tan anhelada continuidad no se interrumpa. Es que formó decisiva parte de las proyecciones y definiciones que desde la primera administración Char se tomaron para cambiar el rumbo a la ciudad. No sólo cumplió en los puestos clave, sino que además su participación atrajo esta camada de jóvenes para que sin ambages se vincularan a la cosa pública y ayudaran a empujar el carro, que a fe lo están haciendo con lujo. Pumarejo conoce al detalle y de primera mano todas las necesidades y los anhelos de los barranquilleros, y desde hace tiempo viene trabajando en los objetivos del desarrollo. El parte en el Distrito, por tanto, es de tranquilidad y confianza, y pronto veremos los resultados.
Elsa, por su parte, ya está probada, su gestión en la alcaldía es de todos conocida, por lo que son muchas las expectativas sobre un nuevo enfoque que, sin desmedro de lo que se ha venido trabajando y se ha logrado en materia social y de infraestructura, nos proyecte hacia la productividad explotando nuestro gran potencial en el agro, en el turismo, y en todo lo que significa la economía naranja.
Lo mejor es que Elsa y Pumarejo conforman una inigualable llave que nos abrirá las puertas a un mejor futuro, gobernación y alcaldía trabajando juntos, gestionando juntos, remando juntos y al unísono, seguro serán mirados en las instancias nacionales con la lente que nos merecemos. O sea, lo de aquí no es tema de optimismo o euforia por el año nuevo, sino que con ésa llave imparable, en Barranquilla y el Atlántico, definitivamente, la cosa pinta bien.
Coletilla: Para todos los amables lectores de este diario, los de esta columna, y para toda la familia EL HERALDO, Juan B. Fernández Renowitzky Director Consejero, directivos, Marco Schwartz, ejecutivos, Anita, periodistas, reporteros, para los colegas columnistas, los auxiliares, operativos, voceadores, todos quienes hacen grandes esfuerzos para que día a día nos llegue un ejemplar, nuestros mejores deseos para el venidero 2020. ¡FELIZ AÑO NUEVO!
rzabarainm@hotmail.com
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