Herbin Hoyos, a nombre del Movimiento Libertad y Orden y autorizado por el CNE, inició la recolección de más de millón ochocientas mil firmas para promover un Referendo que busca reajustar la JEP convirtiéndola en una sala especial de la Corte Suprema de Justicia, y a la vez busca también revocar a todos los magistrados de las altas cortes. Aunque por aquí necesitamos más orden que libertad, bien por la iniciativa  del señor Hoyos, que permite augurar que, dado el sentir general, en menos de los seis meses que le dieron de plazo recogerá fácil el doble de las firmas exigidas. Empero, peca de ingenuo el promotor porque una vez avaladas las firmas deberá para su aprobación presentar ante el Congreso un Proyecto de Ley que, además, será estudiado por la Corte Constitucional. O sea, hasta ahí llegarán las canoas porque el Congreso, de pronto, pero la Corte, ni por ahí.

Dura tarea le toca a Duque, porque las cortes, todas, vienen actuando contra el país. Ya no está su padrino Santos, pero siguen sin reato ni recato fallando en contravía con el sentir de la gente, utilizando rebuscados argumentos que a nadie convencen. Pero están en su misión, y vaya si la cumplen, aunque sus móviles no sean nada claros. Ya sea usurpando las funciones del Congreso y legislando a su antojo y conveniencia, o inutilizado las pruebas del computador de Raúl Reyes con la peregrina teoría de la línea de custodia, o castigando con saña a quien se identifique como uribista o anti guerrillo como con el ex ministro Arias tratándolo como si fuera violador o asesino en serie, o en lo de las hectáreas de cultivos de coca promoviendo su expansión y multiplicación al prohibir para la erradicación la fumigación con glifosato poniendo a éste producto como letal veneno, o favoreciendo las múltiples pasadas de piña del Acuerdo de Santos como su incorporación constitucional, o utilizando una aritmética especial para impedir la aprobación de las dos más sensibles objeciones presidenciales y liberar a Santrich, o patrocinando la drogadicción en parques infantiles, y hasta incursionando en materias especializadas y técnicas como lo de la prohibición a la exploración y explotación de yacimientos no convencionales de hidrocarburos no importa se ponga en riesgo la autosuficiencia energética. Nada les importa, están en lo suyo, pareciera que la consigna fuera tirarse al país, el sentir de la gente no cuenta, ellos son la última palabra. Dura tarea le toca a Duque, empujar contra Cortes, Petros, ciertos medios, Congreso, contra casi todos.

Empero, el Congreso no es adversario radical, pues está lleno de gente en su mayoría sensata y decente. Otra cosa es que son políticos, y la política se sustenta en la representatividad en el gabinete y altas instancias del gobierno, condición que los partidos no han obtenido, y que Duque debe replantear para compartir  las  responsabilidades y conseguir aliados, y así poder enfrentar la dura tarea que debe acometer para salvar al país de los muchos enemigos tanto declarados como soterrados.  

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