Estamos a diez días de las elecciones regionales. Por aquí las miramos básicamente como el ejercicio para, tanto en gobernación como en alcaldía, conservar la unidad de criterio enfoque y lente que tan buenos resultados nos ha entregado en los últimos años, cosa que está muy bien y que, seguro y a juzgar por las encuestas,  lograremos sin mayores problemas, pues Jaime Pumarejo y Elsa Noguera muestran aplastante mayoría en favorabilidad e intención de voto. Está demostrado que cuando se moviliza el voto de opinión, los votos denominados cautivos no alcanzan para definir resultados. Tacarán burro los contravía.

Pero no es sólo gobernación y alcaldía lo que está en juego. Es que la escogencia de ediles, concejales, y diputados debe incidir en el futuro posicionamiento nacional del Atlántico y, si lo replicamos en todo el Caribe, también de la Región, pues significará promover jóvenes líderes regionales que posean estructura académica y una moderna y global visión no sólo de su terruño sino de todo el país, para que mañana puedan con lujo de competencia escalar y desempeñarse en las altas esferas legislativas, cosa que ya empezó a ocurrirnos. La bancada caribe por su parte, con su enorme poder electoral, está en la obligación de ejercer todo su peso parlamentario para lograr que las becas para estudiar en el exterior no sigan siendo privilegio exclusivo de las roscas cachacas (cantidades de ellos pelechan de posgrados y especializaciones por cuenta del míster), sino que a los mejores planteles de fuera también accedan brillantes jóvenes costeños que después califiquen para manejar los altos cargos nacionales. Tenemos hoy el ejemplo del valduparense Luis Alberto Rodríguez, Director de Planeación Nacional, y del riohachero Jonathan Malagón, Ministro de vivienda, quienes tuvieron su oportunidad de formación en el exterior, fueron en buena hora nombrados por el presidente Duque, y seguro desde sus cargos ayudarán a corregir nuestro desequilibrio en el poder. Adolfo Méisel Roca mucho ha estudiado y escrito sobre el tema, y desde la Universidad del Norte podría ser guía y apoyo para nuestra juventud descollante. Es que hay que pensar en grande, y sin ambages aspirar a más. A la presidencia, por ejemplo, que está cerca.

Así que tenemos diez días para meditarlo, analizarlo y escoger entre los muchos candidatos que en todos los municipios y todos los estratos vienen surgiendo o ya están en el ejercicio político, que votemos por gente con ganas de escalar, sin ánimo de perpetuarse como edil concejal o diputado sino que piense y actúe en función local, pero también con mirada de región y de país para que se proyecten en el escenario nacional y luchen para posicionarnos como nos merecemos. Así de valioso es nuestro voto: Con él podremos construir futuro.

Coletilla: Elsa Noguera sufrió un leve accidente que por unos días la alejará de la campaña. Pero no de la gente. Y menos de sus propósitos de desarrollo. Ya durante su desempeño en la alcaldía demostró que esos inconvenientes molestan, pero no impiden. 

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