El Heraldo
Opinión

Broncemia gubernamental

El peligro real no está en una potencial violencia sino en el Congreso, en la interesada y detestable entrega y adhesión de quienes, encabezados por la “U” de la Toro, no sólo no embisten sino que atraen colegas vendidos y apoyan al torero para que los desvaríos de sus proyectos  sean aprobados, no importa lo dañinos.  Seguro lo lograrán, pues sabido es que las votaciones por bancadas pueden ser manteadas por algún subterfugio, que los hay.

Pese a que el gobierno hizo esfuerzos por tergiversarla y hasta por minimizarla, la gigantesca manifestación de las reservas militares funcionó para la gente cual efectivo ansiolítico, pues había sido altamente preocupante el desfile de la tal “guardia campesina” alrededor de la Plaza de Bolívar, que más pareció un amenazante conminatorio que una inocente marcha, y que lució numeroso, claro, en “fila india” parecieron más. Por ello tranquilizó lo masivo de la expresión de una orgullosa reserva activa, gente curtida que no se arredra  y que, para el común de los ciudadanos, en un momento dado podría neutralizar eventuales desmanes indígenas.

Pero los militares en retiro sólo estaban pacíficamente manifestando su disgusto y su inconformidad con el gobierno, y protestando por el manejo que a soldados y policías se aplica, aunque uno de sus líderes se haya pasado de piña que, si bien nunca habló de golpe militar, el rebuscado término que utilizó se prestaba para equívocos. Las Fuerzas Armadas tienen una amplia tradición institucionalista y, pese al susto petrista, no están en eso.

El peligro real no está en una potencial violencia sino en el Congreso, en la interesada y detestable entrega y adhesión de quienes, encabezados por la “U” de la Toro, no sólo no embisten sino que atraen colegas vendidos y apoyan al torero para que los desvaríos de sus proyectos  sean aprobados, no importa lo dañinos.  Seguro lo lograrán, pues sabido es que las votaciones por bancadas pueden ser manteadas por algún subterfugio, que los hay.

A la destrucción nacional ayudan, claro, los ideologizados ministros. Por ejemplo, Guillermo Jaramillo, el nuevo ministro de salud, quien con su diatriba contra las UCI le tumbó el punto a su antecesora, lo que se veía difícil. Como si fuera  tarea, ministro que va llegando sale presto a dar absurdas declaraciones que no sólo forman un concierto, sino que todo indica que una vez se posesionan se contagian del patógeno que ciertamente está hospedado en el organismo de Petro presidente, y que es altamente transmisible: Se llama “broncemia”, mal de curso crónico y de carácter degenerativo que, aunque le aparecen visibles pródomos que la gente generalmente ignora, se manifiesta inoculando en el contagiado el agigantamiento del ego al punto que, después de pasar por las etapas de “importantitis” y de “inmortalitis”, se esfuerzan y sueñan con lograr que en alguna plaza o parque se erija su propia estatua de bronce. La mala noticia es que no se conoce la cura a la Broncemia, así que hay que resignarse.

rzabarainm@hotmail.com  

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Álvaro López Peralta

¡A marchar este 21 de abril!

Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa

Leer
El Heraldo
Roberto Zabarain

Actuar como jauría

Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo

Leer
El Heraldo
Fabrina Acosta Contreras

El malestar

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr

Leer
El Heraldo
Haroldo Martinez

El vicio de la lectura

Yo nací en un castillo encantado con un rey, una reina, una princesa y una biblioteca. Desde mi primera infancia, toda mi vida está relacionado con los libros, tengo impregnado en mis fosas nasales el olor de las letras impresas en el papel y lo

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.