En el marco de la implementación del Acuerdo de Paz con las Farc, un asunto que preocupa a la sociedad colombiana es la reconciliación desde la óptica del derecho a la verdad, un tema que ha sido desarrollado en otros procesos de justicia transicional y que merece ser estudiado desde las experiencias internacionales en el marco del fin del conflicto. En la conformación de las comisiones de la verdad más sólidas alrededor del mundo, la experiencia de otros países siempre ha sido un aliado clave para lograr que su funcionamiento sea conforme a los estándares internacionales de justicia. En lo referente, Colombia no debe ser la excepción.
El caso de la Comisión de la Verdad de Sudáfrica, que surgió como iniciativa del Parlamento sudafricano en 1995 una vez llegó a su fin el apartheid de 45 años, tiene lecciones que podrían servir para el esclarecimiento de la verdad en Colombia. El apartheid y la resistencia frente a esta medida llevó a la consecución de numerosas masacres, asesinatos, torturas y actos de discriminación económica y social, que implicaron el resquebrajamiento del tejido social. Un punto importante de esta comisión de la verdad fue la realización de audiencias especializadas a los diferentes sectores e instituciones sociales que tuvieron de una u otra forma participación en el conflicto, esto es, audiencias de esclarecimiento de la verdad enfocadas al sector empresarial, a sindicatos o partidos políticos. A pesar de que muchos críticos han sostenido que en Sudáfrica se privilegió la reconciliación sobre la verdad, lo cierto es que esta medida sería de utilidad para Colombia, en razón a la naturaleza de nuestro conflicto, en el cual se vieron inmersos diferentes actores sociales y económicos.
Ahora, la experiencia de comisiones de la verdad con perspectiva de género implementada en Timor Oriental es un asunto que no puede ser ignorado en Colombia. El caso de la Comisión de la Verdad de Timor Oriental dejó notables aprendizajes en materia de enfoque de género, puesto que la naturaleza de su conflicto dejó a miles de mujeres víctimas de violencia sexual. En este caso, la Comisión realizó extensas investigaciones enfocadas específicamente en mujeres, así como audiencias específicas sobre los crímenes cometidos en contra de estas, tales como los relativos a sus derechos reproductivos. Sin embargo, se ha sostenido que solo el 21% de las víctimas que participaron esta comisión de la verdad eran mujeres, dejando que la narrativa del conflicto haya quedado según una versión masculina de los hechos. En el caso de Colombia, el Acuerdo Final establece el enfoque de género como principio transversal, por lo que para evitar que esto pase de una mera formalidad a una realidad es importante que en todo el proceso de construcción de la verdad, la mujer cumpla un papel activo y determinante.
La verdad como un derecho de las víctimas y como un elemento determinante para la reconciliación de la sociedad ha sido uno de los factores más importantes en procesos de paz que han dejado para la historia grandes lecciones de superación de la violencia.
@tatidangond
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