El tenis nos atrapó en su red durante este fin de semana. Y no solo por la emocionante, histórica y merecida victoria de los colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, el sábado en la modalidad de dobles del Torneo de Wimbledon. También por el partidazo de museo que protagonizaron ayer Roger Federer y Novak Djokovic en la final individual en el mismo Grand Slam. ¡Wao! ¡Qué espectáculo! ¡Qué espíritu deportivo! ¡Qué nivel! ¡Qué estoicismo! ¡Qué entrega! ¡Qué pasión!
El torneo más antiguo y prestigioso del deporte blanco tuvo un desenlace de película este año. No tanto en el cuadro femenino donde la mejor Simona Halep pulverizó a la peor Serena Williams, con parciales de 6-2, 6-2. Resultó más fácil de lo esperado.
La estadounidense nunca había sido tan serena en una final. Ni siquiera una rabieta o una raqueta contra el césped para recriminarse a sí misma su mal partido y despertar de la paliza que le propinó la rumana en solo 55 minutos de partido. Mucho menos que el tiempo que se extendió cada uno de los sets del reñido y vibrante duelo que Cabal y Farah le ganaron a los franceses Nicolas Mahut y Edouard Roger-Vasselin, 6-7 (5/7), 7-6 (7/5), 7-6 (8/6), 6-7 (5/7) y 6-3
Los vallecaucanos hicieron que los colombianos empezáramos a dar raquetazos, a abrirle los ojos a la pelota verde y a rogar que cayera donde le convenía a los nuestros. Así como cuando se han cruzado dedos y se ha hecho fuerza por Pambelé, Helmut Bellingrodt, Édgar Rentería, Ximena Restrepo, María Isabel Urrutia, Caterine Ibargüen, ‘Chechi’ Baena, Mariana Pajón, ‘Lucho’ Herrera, Jackeline Rentería, Montoya, Falcao y cualquiera de los muchos deportistas que tanta gloria le han dado al país en distintas épocas, a pesar de las desventajas que puedan encontrar en su surgimiento, formación y carrera en comparación con sus adversarios.
No quedó faltando un centavo para el peso. No quedó faltando nada. Cabal y Farah pusieron todo de principio a fin, en un enfrentamiento de 4 horas y 57 minutos de duración, con cuatro tie-breaks y solo cinco quiebres de servicio, el primero fue en el cuarto set. Hace rato los colombianos venían luchando el título en un ‘major’. Merecidísimo.
Djokovic y Federer también merecían el triunfo los dos. El gran ganador de ese duelo de titanes fue el público que durante 4 horas y 55 minutos deleitó su retina con el mejor repertorio tenístico.
Gracias, suizo. Gracias, serbio. Estaba para cualquiera de los dos. Tremendo show el que ofrecieron. Juegazo. Épico, palpitante, parejo, intenso, conmovedor, genial. Insisto: los dos merecían ganar.
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