Junior tiene una idea de juego consolidada. Al menos en casa. En el estadio Metropolitano suele lucirse. Ha forjado un estilo y una identidad que funciona, que presiona, asfixia y pasa por encima del rival. Realmente entusiasma y llena la retina a sus hinchas.

De visitante continúa en deuda. Es más conformista que ambicioso y su agresividad ofensiva se amansa. Es la verdad. Solo ha ganado un juego en la cancha en todo el ciclo Juan Cruz Real (2-0 ante Tolima, el 3-0 frente al Unión Magdalena se dio en el escritorio).

Por la altitud de algunas plazas, por exceso de precauciones del técnico, por el chip del jugador colombiano que afloja y a veces pareciera creer que los esfuerzos para pisar las dos áreas solo se deben hacer de local, por la razón que sea (yo creo que es más de la tercera), no es tan envolvente, dominador y contundente en otros escenarios como sí lo ha sido en Barranquilla durante la era Cruz Real.

Pero más allá de esa irregularidad y doble personalidad, cuestión que el equipo debe ir mejorando para generar más confianza que dudas en todo sentido, lo que más inquieta de cara al partido contra Nacional, este jueves en la vuelta de la serie de los cuartos de final de la Copa Colombia (8 p.m.), es que la base de jugadores del cuadro tiburón, con la batuta de Luis Amaranto Perea, Arturo Reyes o el propio Cruz Real, ha fallado en momentos cruciales y con todo dado para avanzar hacia la conquista de títulos.

La ventaja de 3-0 que Junior consiguió al vencer y convencer frente a Nacional, en el ‘Metro’, será escasa en este segundo partido si el equipo sale sin la solidez, atención, coordinación y templanza que se requieren en un compromiso decisivo. Ninguno de los jugadores debe pensar que la serie ya está definida. Se tiene que encarar como si fuese 0-0.

Llegó otro momento para mostrar calidad y carácter. Calidad no es solo tener técnica, es usarla en situaciones apremiantes y marcar diferencia. Carácter no es bravuconear y darle un guayazo a Jarlan Barrera, es jugar en circunstancias adversas con la misma valentía y naturalidad que se hace en el ambiente más favorable.

A varios jugadores del plantel, que ya han ganado en otras épocas con el club, no se les puede incluir en la misma bolsa, pero hay otros que sí les ha faltado eso en situaciones cumbre en el último tiempo.

La llegada de Carlos Bacca, dos veces campeón con Junior y tres veces ganador de la Liga de Europa, aumenta la dosis de jerarquía y alienta la idea de que el equipo es capaz de sacar sin angustias el resultado que requiere para clasificar. Pero se necesita el aporte de todo el colectivo, es una nueva prueba de calidad y carácter.

Psdt: aunque no ganó ayer, da gusto ver jugar al Liverpool. Es un esfuerzo de 95 minutos. Una lucha permanente por someter y vencer a su rival. Crystal Palace se la puso difícil. Su zaga rechazó todo, pero una inspiración de Luis Díaz rescató un punto. Genial anotación del guajiro. Un verdadero golazo.