Primero que todo, Junior no dejó escapar la victoria ante Unión Magdalena por el pésimo estado de la cancha. Tampoco por el implacable sol, la brisa loca, la ausencia de sus hinchas en las tribunas, por los insultos de los aficionados locales o cualquiera de los factores y adversidades que puede encontrar en el ambiente de un clásico costeño en Santa Marta.

Los ‘Tiburones’, que ganaban sin problemas 2-0 hasta el minuto 88 de juego, se durmieron en una inadmisible zona de confort con la traicionera ventaja de dos goles, afloraron las pifias y falencias de toda la temporada, la falta de viveza y carácter, y el triunfo se fue al despeñadero con una entusiasta reacción del ‘Ciclón’.

Pero Junior no perdió solo dos puntos, que tanta falta le hacen en su necesidad de sumar y escalar posiciones en la tabla, lo peor de todo es que perdió a uno de los pocos jugadores con luz en este oscuro primer trimestre: Léider Berdugo. 

El joven zurdo pisó mal en ese deplorable terreno de juego y el talento que estaba empezando a asomar en Junior tendrá que esperar al menos seis meses. Una lesión de ligamento cruzado anterior en su rodilla derecha, en la que incidió la irregularidad del campo, se interpone en su camino, en sus objetivos de gloria. No los frustra, pero los aplaza, los retrasa.  

Un motivo más para que la Dimayor se pellizque, ejerza más control y sea más exigente y rigurosa con los escenarios donde se disputan los partidos. “En canchas así no se debería jugar”, dijo Berdugo, en medio de su tristeza por la lesión, en diálogo con EL HERALDO.

Sí, las lesiones hacen parte del juego, es verdad, pero a estas alturas es incomprensible que se ponga en riesgo la integridad de los deportistas y se disputen partidos en gramados como el de Santa Marta, Tunja y Pasto, que suelen ser los más altos, disparejos y descuidados.  

También es inentendible que el cuerpo médico de Junior inicialmente, tras una resonancia, le haya dicho a Berdugo que no era nada grave, “solo unos fuertes traumas”, y que el jugador se haya tenido que enterar de la verdadera lesión a través de los medios. Totalmente incomprensible eso y que un campo de juego sea verdugo de los sueños de Berdugo.