Los árbitros en el fútbol ya tienen la ayuda del VAR, que hizo de Rusia-2018 un Mundial mucho más justo y con escasas polémicas. Los réferis acertaron casi en el 100% de las jugadas en las que contaron con la asistencia del video. Fue un rotundo e indiscutible éxito.
Lástima que el VAR todavía no ha llegado a Colombia y Junior tiene que seguir padeciendo las perjudiciales y descaradas decisiones de jueces como Luis Sánchez y Jorge Duarte, que ven una mano inexistente, y Gustavo Murillo, que ignora una real. Con un VAR mostrándoles las jugadas una y otra vez, les habría quedado más difícil ‘darles la mano’ a Millonarios, Nacional y el Once Caldas.
Eso que le sucede al equipo rojiblanco en estos días se podría solucionar con el VAR, pero, ¿qué hacemos en el boxeo con fallos como el de las peleas entre ‘Canelo’ Álvarez y Gennady Golovkin?
Una buena cantidad de personas vimos ganador al kazajo en los dos combates, pero el primero terminó en empate, y el segundo resultó para el mexicano, según las tarjetas de los jueces.
El sábado pasado ‘Canelo’ no retrocedió ni corrió tanto en el ring como en el primer duelo y demostró que sabe boxear, que tiene cintura, estilo y un mentón blindado que resiste golpes de un noqueador como Golovkin, pero de nuevo me pareció que el vencedor fue ‘Triple G’. El choque fue reñido, pero los mejores golpes y el ritmo del pleito los impuso él.
Los resultados en el boxeo son excesivamente subjetivos. Si no hay un nocaut, todo está en manos de tres jueces entre quienes puede existir disparidad de apreciaciones. En el anterior duelo, el juez Dave Moretti vio ganador a ‘GGG’ 115-113, Don Trella consideró que hubo empate 114-114 y Adelaide Byrd observó un 118-110 para ‘Canelo’. Cada uno (especialmente Byrd) con una óptica muy distinta del mismo enfrentamiento. El sábado, Dave Moretti, que fue el único que repitió, y Steve Weisfeld dieron triunfador al azteca 115-113, mientras Glenn Feldman entregó una igualdad 114-114.
Debería existir un sistema más objetivo y transparente para dilucidar un vencedor y que esté a la vista de todos inmediatamente. Cada punto, asalto por asalto, debería verse reflejado al instante en un tablero electrónico para que sea más claro lo que hace diferencia en un combate.
Así, si hay la intención de favorecer a alguien, va quedando en evidencia al instante. Quizá se sonrojen y se vean obligados a poner lo que realmente amerita a cada quien.
‘Canelo’ y ‘GGG’ reivindicaron el deporte de las narices chatas en el ensogado. Protagonizaron un duelo parejo, con calidad, con ímpetu y emoción, pero fuera del ring continúan las sospechas, las suspicacias, las dudas, la incredulidad. Se necesita más que un VAR en el pugilismo.
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