En el deporte del boxeo, donde se mueven los intereses en pugna como pocos otros deportes, hubo en los años 30 -ya últimos en la década que tuvo muy buenos boxeadores- que algunos estudiosos del deporte de los ganchos y rectos, quieren que se les esclarezca el beneficio de los grandes resultados, además de las triquiñuelas y pilatunas en serie que hubo en Estados Unidos con boxeadores de categoría como Joe Louis, Max Schmeling y algunos más.

  Se venía perfilando un sólido campeón mundial de peso completo, que no era otro que Joe Louis. El gran prospecto de aquellos años 30 llamado había noqueado en serie a varios ex campeones mundiales. Sus manejadores comenzaron con Primo Carnera, ex campeón mundial; siguieron con Max Baer, igualmente ex monarca de todos los pesos; Paulino Uzcudún, a quien nadie había podido noquear. Eso determinó el retiro del español.

Y vino entonces el mayor golpe que se podía dar entre los mastodontes para la pelea entre Joe Louis y Max Schmeling. Éste había observado las tres o cuatro peleas de Louis, para entonces montar su estrategia. El alemán observó que Louis tiraba su jab con el brazo izquierdo, e inmediatamente bajaba el brazo. 

  Así comenzó Schmeling a derrumbar al más sólido prospecto del boxeo de aquellos tiempos. Era una táctica heroica la de Schmeling, porque éste sufría enormemente con los jabs de Louis; ya en el sexto round Schmeling tenía la cara casi deformada con los jabs. Pero como tenía una buena derecha, el lado izquierdo de la cara de Louis también iba camino a la deformación, y tantas fueron las derechas de Schmeling que terminó noqueando en el round 13.

Este triunfo de Schmeling sobre el púgil más sensacional que había en aquel entonces, lo acreditó como el desafiante único contra el campeón mundial que era Jimmy Braddock. 

¿Cuando se montaría el combate por el título entre ambos? Era obligatoria esa confrontación, pero una cosa piensa el borracho, y otra el cantinero. En Nueva York se pensó que Schmeling de ganar ese combate se llevaría el título para Alemania y no lo regresaba más. Y con la ayuda de una prensa sobornable, montaron la pelea entre Louis y Braddock, que ganó Louis por nocaut.

 A Schmeling, que ya estaba bastante maduro para las grandes peleas, lo dejaron en salsa para el futuro, bajo un cielo de protestas internacionales, por haberlo desplazado el promotor Mike Jacobs. Tras ese nocaut se montó el combate entre Louis y Schmeling que se definió en dos minutos, noqueando Louis en el primer asalto. Desde ahí vino su reinado.