La derrota del grandioso campeón mundial de peso completo, Jack Dempsey –que nadie esperaba en el boxeo de antaño a manos de Gene Tunney, a pesar de ser Tunney un gran heavyweight, que solo había perdido una pelea en su vida– se imponía obligadamente la imposición de una acogedora revancha.
La comisión de boxeo del estado de Nueva York, de gran prestigio por aquellos días determinó que Jack Dempsey, el destronado monarca de todos los pesos, tenía que enfrentarse a Jack Sharkey, que en aquellos momentos figuraba como retador de Dempsey. Por consiguiente, Sharkey y Dempsey tenían que vérselas primero, para dirimir el ganador como obligado rival de Gene Tunney. Fue así, como Sharkey y Dempsey tuvieron que vérselas para ser adversarios de Tunney
Así las cosas, los dos se enfrentaron en Nueva York, y el ganador sería desafiante obligado del campeón. Muchos creyeron que por el hecho de haber perdido Dempsey con Tunney, era un adversario ya que venía de bajada, la pelea dio como resultado una verdadera sorpresa, puesto que Sharkey perdió por nocaut.
Este fallo de nocaut –por cierto, de un solo golpe como acostumbró muchas veces Dempsey– fue otra de las sorpresas grandes que ofrecía el boxeo de altura en los años 20, cuando muy pocos aficionados esperaban que Jack Sharkey fuera noqueado.
Sharkey, boxeador temperamental como pocos los había habido en aquellos tiempos, salió de su esquina para vencer a Dempsey, tal como se lo había prometido a sus amigos. Y, en efecto, superó ampliamente a Dempsey en el puntaje de los jueces hasta el quinto round, pero poco después vendría la gran desilusión de los partidarios de Sharkey, cuando este bajó los guantes para reclamarle al referee que Dempsey lo había “fouleado” abiertamente. El referee denegó la petición de Sharkey, pidiéndole a éste que siguiera la pelea, pero Sharkey no estaba dispuesto a pasar por alto ese golpe bajo, y reclamaba el foul.
Sharkey seguía pidiéndole al referee el otorgamiento del foul, pero el árbitro dijo por última vez: “siga la pelea”, mientras Sharkey no aceptaba la solicitud del referee, y continuaba reclamando. Esto, en un boxeador que tenía fama de vivo como Dempsey, no se hizo esperar y le lanzó a Sharkey un recto de derecha a la mandíbula que noqueó a Sharkey instantáneamente.
Por supuesto, surgieron de inmediato las reclamaciones de la gente de Sharkey, pero el referee hizo caso omiso de las mismas y comenzó el conteo reglamentario, con Sharkey, privado del conocimiento en la lona, y al conteo de diez le alzó el brazo a Dempsey, declarándolo vencedor de la pelea.
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