El Heraldo
Opinión

Tres fragmentos de marzo

La lógica más elemental dicta que una jauría incontenible de tragaldabas, jabalíes y cerdos salvajes daría con facilidad buena cuenta de una procesión de legumbres y sardinas saladas. Pero no, el sacerdote sale con la patraña inverosímil del triunfo de doña Cuaresma. 

En marzo es el cumpleaños del más famoso de los miembros del «Grupo de Barranquilla», la mítica pandilla que, a mediados del siglo pasado, sin lanzar una sola piedra bajo la lluvia, transformó para siempre el campo de las letras en Colombia. No deja de ser una curiosidad, acaso prevista por Melquíades, y por el vidente que previno a Julio César, que nacieran en el mes de marzo los cuatro discutidores de Macondo: Gabriel (6), Germán (22), Alfonso (23) y Álvaro (30). 

**

Al desembarcar, como en un sueño, César volvió la mirada para apreciar el resplandor de la luna de marzo en el mar sin oleaje. En cuanto la barca se alejó, sus pies descalzos atravesaron la playa, dejando en la arena recién lavada un rastro inestable que a la mañana siguiente desconcertó a los legionarios. Uno de ellos se inclinó ante lo que quedaba de las huellas, las olfateó como un sabueso, se rascó la cabeza, siguió con la vista las pisadas desiguales que se internaban en la espesura y profirió su veredicto inapelable: «Es un cocodrilo». 

Enseguida, arpón en mano, la legión emprendió la captura del reptil. Las mujeres, convenientemente alertadas, encendieron las hornillas y se dispusieron a hervir plátanos de oriente para acompañar los chicharrones. 

Grande fue la desilusión cuando, en un claro de la marisma, en lugar del apetecible saurio se toparon con el cuerpo enclenque de César. 

—Cuídense de los Idus de marzo, dicen que dijo. 

***

Lástima que tanta «pasión desenfrenada» termine en arrepentimiento cristiano. Tanto «Tamborito de carnaval» para acabar con la cabeza llena de ceniza. Esta paradoja ha sido referida muchas veces. Una de las más interesantes es la del Arcipreste de Hita. Un tal Juan Ruíz que, con evidente parcialidad, narra en la Edad Media el singular combate entre don Carnal y doña Cuaresma. 

Las huestes bullangueras de don Carnal, envalentonadas por el abundante vino y con la determinación de Ragnar el Vikingo, chocan en un claro de la colina con los muy cristianos ejércitos de la camandulera doña Cuaresma. La lógica más elemental dicta que una jauría incontenible de tragaldabas, jabalíes y cerdos salvajes daría con facilidad buena cuenta de una procesión de legumbres y sardinas saladas. Pero no, el sacerdote sale con la patraña inverosímil del triunfo de doña Cuaresma. 

Más inaudito aún es el hecho de que el esforzado don Carnal sea malherido en batalla por «el puerro cuelliblanco», que, pese a la pompa del nombre, no es otra cosa que un humilde «cebollín» de tienda. Así, es hecho prisionero. Por fortuna, no hay mazmorra que pueda detenerlo. Ni ley seca ni toque de queda. El año entrante se repetirá el combate, que es una vivencia, nunca un espectáculo. Sediento de placer, en plena calle y sin mascarilla, don Carnal bailará con una mujer de tres nombres la música inacabable con que desafía a doña Cuaresma. Padre lo sabe, por eso se va tranquilo.

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Álvaro López Peralta

¡A marchar este 21 de abril!

Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa

Leer
El Heraldo
Roberto Zabarain

Actuar como jauría

Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo

Leer
El Heraldo
Fabrina Acosta Contreras

El malestar

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr

Leer
El Heraldo
Haroldo Martinez

El vicio de la lectura

Yo nací en un castillo encantado con un rey, una reina, una princesa y una biblioteca. Desde mi primera infancia, toda mi vida está relacionado con los libros, tengo impregnado en mis fosas nasales el olor de las letras impresas en el papel y lo

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.