Dios es colombiano, pese a todo. Pese a que, por ejemplo, Inglaterra nos sacó injustamente del Mundial. Pero quién es uno para decir que las tiene que ganar todas. Dios no lo da todo ni lo quita todo. 

Créanme que lloré amargamente la eliminación de Colombia en Rusia. Pero también créanme que si me hubieran puesto a escoger entre la continuidad de nuestra Selección en el mundial y la escogencia para presidente entre Gustavo Petro e Iván Duque, me hubiera inclinado por la segunda opción.

Y lo hubiera hecho porque el 17 de junio estaba en juego el destino de nuestro país. Y la mayoría –y ahí me incluyo yo– nos fuimos con Duque porque le teníamos pavor a Petro.

Le teníamos no –corrijo–, le tenemos. Petro es más mala persona que político. Ahora le dio por boicotear a Duque sin siquiera posesionarse. “Este 7 de agosto en cada municipio, en cada país invitamos a movilizarnos. Las ciudadanías libres nos expresaremos para no perder la paz y la libertad. Que ese día sea una jornada pacífica, alegre por la Colombia libre y sin violencia”, ha escrito el otrora miembro del M-19 en su cuenta de Twitter sobre algo que él ha llamado “Movilización ciudadana por la Vida y la Paz”.

Hombre, Petro, vuélvase serio y reconozca que eso de la vida y la paz es un cuentazo suyo. Su problema, en realidad, es que no ha dormido desde hace casi un mes por la paliza que en las urnas le infringió el candidato del Centro Democrático. Usted está que se muere de ira y de envidia. Por fortuna Duque lo derrotó por amplio margen, o si no usted hubiera salido a decir que “hubo fraude de las mafias”.

Usted, Petro, dice que defiende la vida y la paz. ¿De qué vida está hablando?, aspirante derrotado. ¿De la vida del casi centenar de personas que murieron en el asalto terrorista del M-19 al Palacio de Justicia en 1985? ¿O de la vida del líder sindical José Raquel Mercado? ¿O de las decenas de policías y militares que murieron gracias a las balas asesinas del Eme? Si eso es querer la vida, entonces Pol Pot, Idi Amin, Stalin y Sadam Husein merecieron el Nobel de Paz por su amor a la vida.

Y de libertades qué, doctor Petro. Le cuento que uno de los hombres más brillantes de Colombia en toda su historia se llamaba Álvaro Gómez Hurtado. Era conservador. Nunca fue presidente, pero siempre se le respetó como si lo hubiera sido. Ese señor Gómez fue secuestrado en mayo de 1988 por una cosa llamada M-19. En el ataque, adicionalmente, fue asesinado el escolta del dirigente político.

Sigamos hablando de libertades. De haber sido presidente, Petro hubiera instaurado en Colombia un régimen parecido al de Venezuela o al de Nicaragua o al de Bolivia. Y lo digo porque es de público conocimiento que el exalcalde bogotano piensa como los presidentes de los mencionados países. En ellos no hay libertad de expresión, ni de prensa, ni de nada. Allá el que se sale de la fila termina en la cárcel o en el cementerio o desaparecido.

Así las cosas, Petro, no desconozca la voluntad popular. Iván Duque arrasó con su señoría en los comicios del 17 de junio. ¡Y eso se respeta!

@cancinoabog