Leo en la prensa cómo, de manera recurrente, algunos periodistas presentan su visión de la forma como debería hacerse la política para que esta pueda llamarse verdaderamente democracia, defendiendo siempre la teoría de que es indispensable la repartición de los altos cargos de elección popular, llámense alcaldes y gobernadores, en diferentes grupos o partidos políticos, aduciendo, por consecuencia, que si se concentra el poder – que es su manera de calificar esos cargos – en un solo grupo o partido, deja de considerarse democracia.
Yo, que nunca me he considerado político, y sí me considero un ciudadano cívico, veo la democracia desde otro punto de vista, y es esta para mí, la posibilidad de que los electores votemos y elijamos a las personas que, independientemente de su partido o grupo político, consideremos las más idóneas para ocupar esos cargos de tremenda responsabilidad. En este caso, la alcaldía de Barranquilla y la gobernación del Atlántico, ya que de su idoneidad y de su capacidad de trabajo dependerá en enorme medida el futuro de nuestra ciudad, de nuestro departamento y de todos los que aquí habitamos, futuro que no dependerá de su partido o de su grupo político.
Establezcamos qué tan cierta es esta óptica con la que analizo el planteamiento anterior. Siendo sincero, a la alcaldía voté dos veces por Alex Char y una por Elsa Noguera, porque consideraba que eran, sobradamente, los más idóneos para conducir los destinos de esta ciudad. Y lo demostraron. Y esta vez votaré por Jaime Pumarejo, por la misma razón. Así mismo voté a la gobernación por Eduardo Verano dos veces y por José Antonio Segebre una, ambos del Partido Liberal, no porque fueran liberales, sino porque son lo que son, personas para mí, confiables y con sobrada capacidad para dirigir los destinos de nuestro Atlántico. Jamás habría votado por otros, simplemente porque esos fueran de determinado partido. Y así mismo lo haré en esta ocasión por Elsa Noguera, para que sea ella la gobernadora de los atlanticenses, independientemente de que esta vez sean esos candidatos a la alcaldía y a la gobernación del mismo partido y grupo político. Eso no los descalifica. Y nadie podrá aducir que no estoy votando en democracia. Lo que sucede es, que independientemente de una reconocida animadversión, algunos utilizan los medios para pregonar cómo debe ser la verdadera democracia, “su democracia”. Para una decisión tan importante yo no aplico el viejo refrán popular de “más vale malo conocido que bueno por conocer”, yo prefiero en este caso aplicarlo de la siguiente manera “más vale excelente conocido que uno nuevo por conocer”.
Hoy tengo la certeza de que durante el próximo período 2020 – 2023, con Jaime Pumarejo en la alcaldía y Elsa Noguera en la gobernación, se le dará continuidad a los excelentes proyectos iniciados por Alex y Eduardo, y se iniciarán muchos nuevos en el campo social y de todo tipo de infraestructura, consolidando a Barranquilla como la gran capital del Caribe, y al Atlántico como un Departamento con unos municipios con eficientes servicios públicos y condiciones para generar el necesario desarrollo y así convertirlos en auto sostenibles, mejorando la calidad de vida de sus habitantes. Así pienso yo, como un ciudadano cívico. Porque repito, no soy político. ¿O será que sí lo soy, pero diferente?
nicoreno@ambbio.com.co
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