Un embeleco costoso
En cambio, he planteado con argumentos, que la lógica solución para defender la futura autopista del embate del mar, sería elevando 2 o 3 metros más y con box culverts, las calzadas de esa autopista en ese tramo, y protegiéndolas con un enrocado de grandes y muy pesadas rocas. He colocado de ejemplo el larguísimo dique Afsluitdijk de Holanda, sin viaductos, que con 32 Km. de enrocado de lado y lado, permanece incólume adentrado en el bravo mar del Norte.
Les juro a mis lectores que no es fácil repetir un tema tratando de demostrar lo que parecería fácil y lógico, pero que al ser lo opuesto a lo anunciado por el gobierno casi como un hecho cumplido, me convierte necesariamente, en un columnista incómodo para quienes tienen la sartén por el mango, en este caso la Ministra de Transporte, el Presidente de la ANI, y hasta algunos empresarios a los que les conviene lo ya definido. Pero considero que mi obligación es la de procurar demostrar que se trata de un embeleco, además de costoso, equivocado y atentatorio contra un ecosistema frágil y precioso. Me refiero a los anunciados dos viaductos de la muy cacareada pero esquiva autopista a Ciénaga.
Ahora con Google Earth resulta muy fácil apreciar desde las alturas esa delgadísima franja de tierra con una riqueza natural que la hace muy especial y que ha sido constituida en un parque natural, el de la Isla de Salamanca, con sus manglares, ciénagas, canales y una playa a la que el Caribe agrede con su oleaje por tratarse de un mar abierto. Analizando esa muy larga lengua de tierra que separa del mar a la Ciénaga Grande, resulta fácil establecer que fue una carretera de estúpido diseño inicial por la carencia de los necesarios box-culverts y porque segó el caño Clarín original, separando de manera infame un rico ecosistema natural, truncando el flujo a cientos de mini-corrientes procedentes del mar y de la lluvia, así como a su fauna nativa. Muchos años después de cometido ese ecocidio se construyeron unas decenas de nuevos box-culverts que mitigaron el daño, y aunque se recuperaron miles de mangles, aún se aprecia gran cantidad de troncos secos desde esa época. Pero así mismo esa carretera se ha convertido en un dique protector que ha impedido que el mar avance sobre esa isla, lo que pondría en verdadero peligro a ese parque y a la Ciénaga Grande de Santa Marta alimentada por el mar a través de la llamada “barra” entre Tasajera y Pueblo Viejo.
Por las razones anteriores es que he planteado públicamente mi concepto acerca de que los anunciados dos viaductos que suman 7 kilómetros con un costo de más de $700.000 millones, no solo son innecesarios sino que pondrían en riesgo el ecosistema actual, además de haber sido utilizados como el único argumento del gobierno central para dilatar por décadas la construcción de una autopista de tremenda importancia para Barranquilla y el Atlántico. En cambio, he planteado con argumentos, que la lógica solución para defender la futura autopista del embate del mar, sería elevando 2 o 3 metros más y con box culverts, las calzadas de esa autopista en ese tramo, y protegiéndolas con un enrocado de grandes y muy pesadas rocas. He colocado de ejemplo el larguísimo dique Afsluitdijk de Holanda, sin viaductos, que con 32 Km. de enrocado de lado y lado, permanece incólume adentrado en el bravo mar del Norte. Nuestro tajamar occidental 100% de roca, es otro ejemplo válido. Esta solución costaría menos de una tercera parte que los cacareados viaductos y no habría excusa para dilatar más esa autopista.
Además de los argumentos anteriores hay uno de mucho peso, y es que los efectos de la erosión costera en la isla de Salamanca ha generado una gran sedimentación en la desembocadura del Magdalena, y con un enrocado se minimizaría esa afectación. Espero contradictores a estos planteamientos, pero con argumentos, y ojalá quienes estén de acuerdo conmigo, se hagan sentir.
nicoreno@ambbio.com.co
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