Polución. Desafortunadamente es esta una palabra de moda, porque es una realidad que cada vez golpea más a nuestro planeta Tierra, y de manera puntual a algunas ciudades más que a otras. Sabíamos de ciudades del exterior que están sufriendo los estragos que generan una peligrosa polución, producto de las venenosas emisiones de gas carbónico y de otros no menos peligrosos, generados mayormente por el parque automotor y por las industrias, además de las contaminadas aguas residuales, basureros a cielo abierto, etc.
El Cairo, Nueva Delhi, Pekín, Moscú, Estambul, Shanghái, Buenos Aires y París son capitales reconocidamente contaminadas, con la afectación que esto genera a sus pobladores. Más recientemente ciudad de México D.F., con sus 20 millones de habitantes, y Sao Paulo con 11 millones, entraron en la lista de las ciudades más contaminadas del mundo. Pero si por allá llueve, por aquí no escampa. Bogotá y Medellín se han convertido en las capitales más contaminadas de Colombia, y las autoridades de ambas ciudades se han visto obligadas a implementar medidas de choque, como un estricto y severo pico y placa, para minimizar este grave problema.
En Barranquilla la polución sonora es patente, producto de los pitos de carros, buses y camiones, además el que generan las motos y el elevado volumen de aparatos de sonido, condición que debe ser corregida. En cambio puede ser considerada como una ciudad con buen aire para respirar, y aunque acá se genera polución originada mayormente por el parque automotor, contamos con una limitada industria contaminante que además está siendo reubicada, dejando libre la Vía 40. Pero gozamos de un factor geográfico muy favorable, por lo que puede ‘Quilla’ considerarse como privilegiada. Es que definitivamente son muchas las ventajas de nuestra ciudad sobre otras, y esta, clave por cierto, es una de estas.
Barranquilla es una ciudad casi plana, no está cercada por montañas, sino que su horizonte es limpio y extenso, y a nivel del mar; los vientos alisios, suaves durante algunas épocas del año, y fuertes desde diciembre a marzo, ayudan a despejar cualquier polución que nos amenace. Pero si las anteriores causas naturales nos favorecen, hay otras más que privilegian a nuestra ciudad, porque por el norte, desde donde vienen los vientos, son el río Magdalena y el mar Caribe nuestros vecinos inmediatos, y como si lo anterior fuera poco contamos con un muy extenso parque natural desde el río Magdalena hasta Tasajera. El parque nacional Isla de Salamanca funciona como un filtro por lo que, salvo cuando se presenta una quema en el mismo, las brisas que a través de este se dirigen a Barranquilla se van purificando y trayendo impregnadas sales y yodo, saludables para la vida animal, y por ende la humana.
Resulta importante resaltar esta ventaja comparativa que ofrece Barranquilla, para cuando empresarios foráneos estudien en qué ciudad les conviene instalar sus empresas, pero también para que quienes aquí residimos, seamos conscientes de las bondades con las que nos ha bendecido la madre naturaleza. Un sol radiante, un horizonte ilimitado, unas brisas refrescantes y saludables, son razones más que suficientes para agradecer a Dios, a la vida y a la suerte, el haber nacido o llegado a vivir a Curramba. ¿O me equivoco?
nicoreno@ambbio.com.co
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