Cuando llegan los últimos días del año no puedo evitar mirar hacia atrás. Observar desde lejos y en retrospectiva lo que han sido estos 365 soles, lo que he aprendido, lo que he sufrido, lo que he crecido y lo que he construido. Me gusta hacer un balance de lo que fue, de las metas que me propuse y logré, de aquellas que aún tengo pendientes y del largo camino que todavía tengo que recorrer para lograr un sueño. 

Tal vez sea por esto que en esta época la nostalgia y la ansiedad se apoderan de mí. Por un lado, me da una sensación de tristeza saber que el tiempo pasa y que no se recupera, que todo se reduce a recuerdos y que cada vez más uno va dejando atrás el niño que fue para convertirse en el adulto que debe ser. 

Por otro lado, me da ansiedad pensar en el futuro, en lo que vendrá, en lo que será y en lo podrá pasar, al tiempo que me atormenta no haber logrado todo lo que me propuse el año anterior, como si estuviese en una competencia constante conmigo misma, como si fuese un jefe el que me pidiera resultados y como si existiera la posibilidad de ser despedida de mi misma. 

Y sé que esto es algo que nos pasa a muchos. El mundo de mis papás no es el que nos tocó a los de mi generación y a la que viene detrás de la mía, ya que hoy en día todo va cambiando con tanta velocidad que a veces sentimos que estamos ‘perdiendo el tiempo’, que no estamos ‘generando impacto’ y que ya no somos relevantes. Sin importar el campo profesional en el que nos encontremos, hay millones que hoy sienten que están a una actualización más del iPhone de sentirse obsoletos.

Y para aquellos que se sienten así, para aquellos que les genera ansiedad lo que ‘puede pasar’ y que les da un poco de nostalgia ‘lo que ya fue y no volverá’, les tengo la receta para entrar al 2019 como tiene que ser. Encuentren a Dios, sin importar el nombre que le pongan, encuéntrelo y agradezcan lo que sí tienen, la familia que los rodea, las amistades que han logrado cultivar, las metas que sí han logrado y las batallas que sí han ganado. 

Porque cuando suene en la emisora la famosa canción Faltan cinco pa’ las doce y su reconocida frase “el año va a terminar”, olvídense de lo que no pasó, den las gracias por lo que sí y verán que, como por arte de magia, todo se convierte en paz. 

¡Que tengan un próspero Año Nuevo, mi gente linda!