Dicen por ahí que no hay cosa más impredecible en una elección presidencial que los votos de la Costa Atlántica. La mayoría de los candidatos presidenciales que han ganado las elecciones en este país las perdieron en la Costa. Salvo Samper y Santos, que, gracias a la supuesta infiltración de dinero del narcotráfico y Odebrecht en sus campañas, pudieron aceitar la maquinaria costeña y ganar en segunda vuelta.
Esta práctica ilegal de convertir el voto en mercancía tomó auge en la Región Caribe cuando pusieron de moda los famosos auxilios parlamentarios que luego los disfrazaron con el nombre de cupos indicativos y hoy los llaman ‘mermelada’. Las millonarias comisiones que les dejan a los congresistas de la coalición política del gobierno de los contratos en vías terciarias, obras de infraestructura vial, Plan de Alimentación Escolar (PAE), las regalías que se reparten en los Ocad, programas de vivienda y el manejo de las tesorerías de entidades públicas como el Sena y el ICBF, entre otras, subieron la cotización del voto en las pasadas elecciones del Congreso a $50.000, y para las elecciones presidenciales, a $30.000 en la bolsa electoral.
Claro está, muchos costeños de bajos recursos están pensando esta vez no vender su voto. Ellos están tomando conciencia de que cuando se llega a un cargo por medio de corrupción, la corrupción va a estar ahí siempre. Tampoco creo que los clanes políticos familiares vayan a arriesgar su pellejo, sabiendo que quienes compraron votos en las pasadas elecciones presidenciales están presos. Además, no vale la pena tomar semejante riesgo por un candidato que no ha podido subir del 7% en la intención de voto. Los que sí pueden subir la cotización del precio del voto a 50.000 barras son los Petro-dólares de Maduro, Diosdado y las Farc.
Como lo dije al principio de esta columna, la Costa siempre ha sido la sorpresa en las elecciones presidenciales, y si las encuestas no fallan, el próximo domingo 27 de mayo esa sorpresa se llama Iván Duque.
Si no llueve ese día, seguramente acudirán a las urnas unos 3,3 millones de costeños, de los cuales el 36% dice tener intención de votar por Duque. Con ese 1,1 millón de votos de la Costa, Duque gana en primera vuelta.
Según los números de la Registraduría, en la Región Caribe hay 7,6 millones de personas habilitadas para votar el próximo domingo 27 de mayo. De esos votos, el 72% los aportan, en su orden, Barranquilla, Córdoba, Bolívar y Magdalena. El 28% restante se reparten entre Cesar, Sucre, La Guajira y San Andrés. Contrario a lo que le pasó al expresidente López cuando perdió las elecciones con Belisario Betancur, esta vez sí vamos a saber dónde están los votos de la Costa.
Una última reflexión. “Quien compra un voto, sabiendo que quien lo vende lo hace empujado por una necesidad, lo que hace es despojar, de hecho, de plena ciudadanía a quienes por ley son ciudadanos”.
*Consultor en financiamiento agropecuario
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