Un alto nivel cultural de la sociedad, escribió Kapuścińsk, es condición para una democracia fuerte. Por eso, cuando alguien dice ser un defensor de la democracia pero al mismo tiempo recorta los gastos en educación, ciencia y cultura nos encontramos ante una contradicción en sí misma. (...) Los criterios conforme a los cuales dividimos hoy a las sociedades en desarrolladas y subdesarrolladas ya no son las cantidades de acero producidas, sino el número de estudiantes y universidades”. Justo lo contrario de lo que sucede en Valledupar, una ciudad que se estancó en la colonia y lastra una de las sociedades más premodernas, clasistas y racistas del país.
En 50 años que cumple el Cesar este año sus líderes políticos nunca han mostrado interés por gestionar una gran universidad (la UPC es un ente absolutamente politizado y anodino). Por eso no sorprende que haya sido un grupo de ciudadanos quienes desde hace diez años vienen gestando –y están a punto de consolidar– la idea de construir en el Cesar la sede para el Caribe continental de la Universidad Nacional (además de la ciudadanía, hay otras tres partes interesadas en darle luz a este gran sueño: la propia universidad, la Contraloría General y la Gobernación del Cesar).
La Nacional agrupa en Bogotá todas sus facultades, pero ha especializado cada sede en un tema diferente. Al respecto, el rector dijo hace poco: “En la sede de La Paz los aspirantes podrían cursar carreras como Medicina, Nutrición y Dietética, Odontología y Farmacia, o posgrados en Enfermería que, además de cumplir con el objetivo de formar profesionales en la salud, facilitarían el buen uso de los hospitales públicos. Como una perspectiva a mediano plazo, se esperaría que el Hospital Rosario Pumarejo de López se transforme en un hospital universitario en el que se practique la investigación científica que requiera la región”. ¡Mejor, imposible!
La educación es el mayor instrumento para la consolidación de la paz en el Caribe. La UN va a producir los líderes que la región necesita, fomentando la educación humanística y científica. Este es el tipo de proyectos que hay que apoyar en cuanto beneficia a todos sin distingos sociales o económicos, en especial a los más vulnerables, pero también porque ayuda a cerrar brechas, a abrir oportunidades y a generar inclusión. Se espera que en a la vuelta de diez años cuente con diez mil estudiantes, lo que podría transformar económica, política y socialmente la región.
Que buena noticia que Valledupar se convierta en una ciudad universitaria, no solo con esta sede en La Paz, sino también por la llegada de grandes universidades privadas, como podría suceder con la del Norte. Hay que aplaudir y respaldar esta iniciativa de la ciudadanía. ¡Y que vengan más!
PD. Lamentable la bomba en el Andino. Los colombianos tenemos que estar por encima del odio y esperar resultados de la investigación sin caer en la trampa de los políticos que buscan pescar en río revuelto. No podemos hacerles el juego a los terroristas, pero tampoco a las fuerzas que buscan desestabilizar.
@sanchezbaute
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