Florida, el Estado del sol, está convertido en una Torre de Babel donde los hispanos (así nos llaman a los latinoamericanos) se han tomado casi todos los estamentos de la sociedad civil y comienzan a notarse en las oficinas del gobierno. En Miami, por ejemplo, si los gringos puros no hablan español la pasan fatal y los extranjeros, quienes hablándolo bien, se ven en apuros para comprar en los almacenes. Ya no solo es la “cubanería” la que reina; el último huracán que devastó a Puerto Rico y Haiti trajo una oleada de inmigrantes que se han tomado espacios que antes eran exclusivos de los cubanos: los “portorros” en el área del sur (ya se habían tomado Nueva York con los dominicanos) y hacia las ciudades del norte del estado, los haitianos.
La súper tienda Walmark, por ejemplo, emplea a los haitianos y ¡ah!, difícil entender cuando te preguntan algo en un mal inglés, agravado por el acento afrancesado de su papiamento. Encima, son ásperos y hasta groseros, y hay que ver cómo tiran tus compras en las bolsas. Y si miramos hacia el Pacífico, California está inundada de mexicanos, de ahí el título de esta columna.
Y hablando de México, ¿recuerdan la afirmación de Trump como candidato de que sería ese país el que pagaría la construcción del muro? Solo fue una forma engañosa para conquistar los votos de los gringos del norte, porque ahora Trump presidente explica que al lograr que regresen a este país las empresas estadounidenses que se mudaron a territorio “manito” sus impuestos serán usados para levantar las 700 millas que faltan y al mismo tiempo, al decidir que sea en barras de acero, levantará los ingresos y mejorará la calidad de vida de los estados donde están ubicadas las acerías, hoy casi cerradas. Y esto ha despertado la furia de los demócratas, cuyos representantes oficiales lo llaman de frente mentiroso. Está claro entonces que serán los norteamericanos quienes pagarán por esa megalítica pared de la vergüenza humana.
No sobra recordar a don José Saramago, el mejor escritor y analista de la política mundial y defensor de los Derechos Humanos, quien hace muchos años escribió que llegaría el momento en que los nativos de los países del tercer mundo, siempre en el sur de los continentes, subirían en hordas imparables a reclamar su derecho a los países que durante siglos se han aprovechado de sus riquezas y aún persisten en ello.
Lo estamos viendo en el Mediterráneo, lo estamos viviendo en los Estados Unidos. Como quien dice “tomen pa’ que lleven”, a ver si les gusta la invasión sistemática de los dos continentes de donde provienen las multinacionales explotadoras de nuestros suelos. William Ospina lo tiene muy claro y lo explica en detalle: ¡tal cual!
losalcas@hotmail.com
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