El Heraldo
Opinión

Llegó el momento

Está sucediendo uno de los grandes acontecimientos en la historia de este país, el grupo guerrillero más antiguo del continente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) han planteado la dejación de las armas para reincorporarse a la vida civil y proponerse como partido político que aspira a tener representación en las diferentes instancias de gobierno. El resultado mínimo esperado de tal acción es que termine la guerra, al menos con ese grupo, y que los colombianos aspiremos a una vida mejor sin ese flagelo. Lo cual no quiere decir que hayamos logrado la paz, porque esto es mucho más complejo y nos atañe a todos los nacionales.

Somos un país de gente muy cómoda acostumbrados al espectáculo mediático y que otros resuelvan los problemas sociales mientras, sentados en nuestros cómodos asientos, actuamos como jueces que calificamos los actos buenos o malos de los demás y tomamos partido por la posición más confortable para nuestros intereses mezquinos, y desde esa posición criticamos a los que no están de acuerdo con nuestra postura frente a la paz.

Por esa razón, hemos dejado en manos del gobierno, de los guerrilleros y de los políticos la solución de uno de los grandes problemas de este país, olvidando que cada colombiano, de cualquier edad o condición, debe afrontar el reto de asumir una posición, no importa si es a favor o en contra del proceso, pero sí en favor de la paz. Eso es lo que debe estar claro, a menos que yo esté completamente equivocado y, en realidad, nos gusta la guerra fratricida.

Hacer la paz con la pareja, con los hijos, con el vecino, en el trabajo, en la cotidianidad constituye un mejor esfuerzo que el más adornado discurso de cualquier político, porque son acciones que mueven al acercamiento que puede propiciar el diálogo. Es obligación de cada colombiano crear un clima de paz que permita que avancemos hacia la paz definitiva, es una necesidad para la supervivencia como sociedad. Lo cual no quiere decir que acaben las contradicciones, por el contrario, la contradicción es necesaria, “donde hay contradicción hay desarrollo”, planteaba Mao Zedong en las Cinco Tesis Filosóficas. Pero, deben darse condiciones para que ese desarrollo se dé en condiciones favorables, en paz.

La paz no puede ser más un asunto de egos, de instituciones, de políticas de Estado. Debe entenderse como algo personal que nos atañe a los colombianos y nos exige compromiso serio, independiente del credo político o social que defienda.

Cito a Thich Nhat Hanh, el monje budista activista de la paz con rol protagónico en el proceso de paz de la guerra de Vietnam: “Si tuviera que elegir entre el budismo y la paz, elegiría la paz”. 

No se nos puede pedir tanto, pero sí un mínimo de reflexión, sin emociones perturbadas, sobre la posibilidad de vivir en paz en Colombia. Pero, debemos trabajar para merecerlo. La paz no es de gratis.

haroldomartinez@hotmail.com 

 

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Álvaro López Peralta

¡A marchar este 21 de abril!

Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa

Leer
El Heraldo
Roberto Zabarain

Actuar como jauría

Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo

Leer
El Heraldo
Fabrina Acosta Contreras

El malestar

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr

Leer
El Heraldo
Haroldo Martinez

El vicio de la lectura

Yo nací en un castillo encantado con un rey, una reina, una princesa y una biblioteca. Desde mi primera infancia, toda mi vida está relacionado con los libros, tengo impregnado en mis fosas nasales el olor de las letras impresas en el papel y lo

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.