Desde el momento en que observamos el afiche que anuncia la película, y a lo largo de ella, vemos una mirada absorbente de la protagonista que nos transporta de una ingenuidad total cubierta en velos blancos cuando contrae nupcias, hasta la perversión extrema en busca de su coartada libertad y la expresión del deseo.
La historia está basada en la novela del escritor ruso Nikolai Leskow Lady Macbeth of Mtsensk escrita en 1865, adaptada para Inglaterra por Alice Birch, y comienza con el matrimonio de Katherine (Florence Pugh), de escasos 17 años, con Alexander (Paul Hilton), un hombre mucho mayor quien desde la noche de bodas demuestra su prepotencia machista y el escaso interés por su joven esposa a quien pretende guardar como una prisionera en los confines de su residencia en un área rural.
Mientras Alexander viaja, que resulta ser por largos períodos de tiempo, Katherine se encuentra a merced de los empleados de la casa y la feroz presencia de su suegro, Boris (Christopher Fairbank), quien a pesar de ser el responsable de la transacción económica que condujo a la sórdida unión, parece aun mas molesto que el mismo esposo con su presencia.
Katherine empieza a aburrirse mientras los días transcurren al lado de su empleada Anna (Naomi Ackie), el único ser humano con que interactúa, y quien mientras la acicala, la viste y la observa, parece entender de manera pasiva, como corresponde a los de su clase, la miseria que agobia a su ama.
William Oldroyd, el director de este fascinante drama, nos hace experimentar en medio de largos silencios, y profundas miradas, los interrogantes y dudas que Katherine va acumulando en su interior. Vivimos con ella el aburrimiento cotidiano que desemboca en una rebeldía, que cuando llega, nos damos cuenta cuan ansiosos la hemos estado esperando.
Mientras Katherine sale de su estado contemplativo, enmarcado por esa ventana que a diario la aísla de su libertad, se encuentra con James (Cosmo Jarvis), un empleado con quien inicia un romance que cuenta con nuestro apoyo incondicional. Tan fuerte es la represión que se le impone, que nos convertimos en cómplices de sus momentos de placer, no importa que tan nefastos puedan ser los resultados.
De aquí en adelante se desarrollan una serie de acontecimientos que nos llevan a cuestionar valores y sopesar principios, mostrando el callejón sin salida que representa la situación de la mujer en la sociedad inglesa del siglo XIX. Se muestra además el conflicto racial y de clases característico del momento a través del personaje de Anna, adición hecha por Birch, que no se encuentra en la obra original.
Lady Macbeth obtuvo varios premios en distintos festivales, y aunque tiene lugar dos siglos atrás, marca aspectos aun vigentes en cuanto a discriminación de la mujer y diferencias raciales se refiere.
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