La posición número 7 fue la alcanzada por Barranquilla en la publicación del índice de competitividad de ciudades del Consejo Privado de Competitividad, ubicación que parece perpetuarse con los años. Pero más allá de la posición, la riqueza del índice esta en los puntajes obtenidos en cada una de las 104 variables dado que entre más distante de 10 menor competitividad relativa tiene una ciudad respecto a la más destacada.

El informe deja ver que las mayores oportunidades de mejora que tiene el distrito especial, industrial y portuario respecto a la experiencia del resto de ciudades del país, se concentran en su orden en optimar la oferta cultural; aumentar los registros de propiedad industrial; optimizar su desempeño del mercado laboral; ampliar la investigación y las capacidades TIC; acrecentar cobertura en educación superior; y en calidad en educación. Para cada uno de estos temas en el índice la ciudad no logra alcanzar al menos 5 puntos en el puntaje normalizado que va hasta 10, lo cual indica una amplia distancia en alcanzar a la mejor ciudad en tales temas.

Existen dos frentes donde particularmente además de visibilizar una situación desfavorable se encuentra un deterioro progresivo en los indicadores que lo explican, es el caso de la calidad en educación y el desempeño del mercado laboral.

Sobre la calidad en educación más allá de la alta relación estudiantes por docentes y la baja inversión en calidad de educación básica y media que refiere el índice, se le deben sumar los más recientes datos publicados por el Observatorio de Educación de la Universidad del Norte, donde se muestran las amplias brechas en calidad entre el sector oficial y no oficial, a lo que se suman el menor desempeño global promedio en las Saber 11, donde la ciudad es superada por Montería, Sincelejo y Valledupar.

El estudio del Observatorio sólo destaca para el sector oficial el aumento en el porcentaje de tránsito inmediato a la educación superior, mientras que informa sobre la disminución en el porcentaje de establecimientos públicos clasificados en las categorías de alto desempeño (A+ y A), la ampliación del porcentaje de establecimientos públicos de bajo desempeño; la caída en el porcentaje de estudiantes del sector público con un nivel adecuado en competencias básicas e ilustra un incremento del porcentaje de estudiantes del sector público con nivel A- en inglés.

Sin bien recientemente se han redoblado esfuerzos alrededor del tema del bilingüismo en los establecimientos oficiales de la ciudad, el detrimento de la mayoría de estos indicadores exige el impulso de acciones bajo la competencia de la secretaría distrital de educación para poder elevar la calidad de los estudiantes y preparar con excelentes competencias al capital humano presente en el territorio.

Lo anterior, se convierte en condición necesaria para mejorar el desempeño del mercado laboral, que mantiene menores tasas de participación, de formalidad laboral, y mayor porcentaje de ocupados en subempleo objetivo y de empleo vulnerable, lo cual opaca el logro de sostenerse como la ciudad con la tasa de desempleo más baja del país. 

De esta forma, estos pilares coinciden en encontrarse relacionados con el recurso humano presente en Barranquilla y obliga a reflexionar sobre la reorientación de estrategias, pensando en avanzar en la competitividad de la ciudad.