Elegir es un arte. Trazar los parámetros o las condiciones adecuadas para tomar buenas decisiones requiere habilidades que no son fruto del azar, las casualidades o las circunstancias. Aunque el arte es un misterio y una categoría indefinible, es el sello estético de la conciencia individual y colectiva. Quien elige bien está más cerca de prolongar la sensación y la duración de su felicidad. Eso convierte a la buena decisión en una genialidad. 

La frontera entre la genialidad y la locura es una línea imaginaria separando los reinos de la razón y la emoción. Muchos logran distinguir una idea loca de una genialidad capaz de cambiar la situación favorablemente. Existen cinco decisiones de la vida que generalmente se toman sin la plena conciencia de su importancia, su significación o el impacto que tendrán en la existencia: La primera es escoger una vocación, profesión u oficio, la segunda es elegir pareja, la tercera es reproducirse o no, la cuarta es dónde establecer el domicilio o la residencia y la quinta y no menos importante, es por quien voy a votar en las próximas elecciones. 

Existen expresiones inspiradoras de nuestros deseos emitidas a través de decisiones que benefician o favorecen el alcance de objetivos precisos. Al igual que representaciones negativas traducidas en grandes errores generadores de lamentos y desilusiones. Una elección es la evidencia de la capacidad que se tiene para ejercer la libertad. Constituye la esencia certera de la autonomía individual y colectiva. 

La elección marca el destino de una persona a partir de la conexión de sus pensamientos con su voluntad. Define la ruta ideada por una sociedad a partir de la designación del liderazgo que ejercerá el poder en un Estado democrático: Las elecciones son el alma de la democracia.

Nuestras elecciones describen lo que somos, como vivimos y pensamos. Consagran la senda de la vida. Entre todas las decisiones, la elección, combina las convicciones, los gustos, las simpatías, los repudios, las diferencias o los compromisos que asumimos. Nuestras decisiones reflejan las ideas, los valores, los deseos y las aspiraciones que tenemos.

Una sociedad libre convoca el espíritu de la conciencia comunitaria a partir de su capacidad para construir acuerdos, lograr consensos y sostener la convivencia pacífica, próspera y respetuosa de la dignidad humana. ¿Cómo desarrollar el arte de elegir bien? ¿Es posible tomar mejores decisiones? ¿Podemos escoger líderes que aporten cambios positivos? Es posible hacer de cada elección una expresión de nuestra capacidad artística. 

Elige aquello que te beneficia, te gusta y al mismo tiempo va acorde con lo que crees guardando tus tradiciones sin alterar la interacción positiva con el entorno.

Escoge los líderes que demuestran con sus acciones la coherencia material entre lo que dicen y lo que hacen. 

El arte de elegir tiene cinco claves prospectivas: 1. Revelación. 2. Valoración. 3. Utilidad. 4. Responsabilidad. 5. Efectividad. La mejor decisión revela, valora, es útil, responsable y efectiva: Elegir bien es arte para el servicio de todos.