Orígenes de la maldad
Se han celebrado en estos días cuatro años de la firma del acuerdo de paz con las FARC. Aunque han disminuido los secuestros, los ataques terroristas y los homicidios, no cesa la violencia. En este año, 209 niñas y mujeres han sido víctimas de feminicidios; cientos de líderes sociales han sido asesinados, y somos el país donde se cometen más masacres en el mundo.
Considero que, como país, se podría hacer un profundo análisis de por qué tanta violencia. Es posible que la respuesta sea más compleja y que el narcotráfico, más que una causa, sería una consecuencia de la estructura y funcionamiento de nuestra sociedad. Uno de los aspectos menos estudiados se refiere a que muchos crímenes son cometidos con tal sevicia y desprecio por las víctimas, que repugna y conmueve tanta maldad humana.
Ha sido una inquietud permanente de la psicología estudiar el desarrollo moral. Y uno de los caminos ha sido conocer la personalidad de individuos que, con su maldad, han desencadenado grandes tragedias humanas.
En estos días se ha publicado, en distintos medios, el estudio “Anatomía de la maldad: el enigma de los criminales de guerra nazis”. Su autor, el psiquiatra Joel Dimsdale, nos describe cómo a partir del Juicio de Núremberg psicólogos y psiquiatras estudiaron la personalidad de los 22 mayores responsables de crímenes atroces durante la II Guerra Mundial, para conocer cómo era el monstruo que tenían dentro de sí. Al estudiar en profundidad su personalidad, no tenían algo en común. Aunque presentaron algunas tendencias principalmente paranoides y psicópatas, estas no se diferenciaban estructuralmente de las personas de a pie.
En Colombia hay muchos estudios sobre violencia; sin embargo, son muy limitados los estudios de violencia cultural a partir de la personalidad de los individuos.
Hace algunos años, en el Doctorado en Ciencias Sociales de la universidad donde trabajo, hicimos un estudio de personalidad en más de 400 personas recluidas en la cárcel de Montería, condenadas por homicidio. Con pruebas clínicas mucho más precisas que las usadas en Nuremberg, encontramos también que, aunque las escalas de psicopatía y paranoia eran tendencia, no había diferencias de personalidad significativas entre homicidas y personas corrientes; pese a que la historia de vida de aquellos tenía como rasgo común haber vivenciado, en su infancia y juventud, violencia doméstica y por la acción de grupos armados.
Los seres humanos somos adaptativos. Así como este año hemos aprendido a permanecer la mayor parte del tiempo en el interior de nuestra vivienda, también parece que nos hubiéramos adaptado a percibir como normal la vida en medio de violencia y narcotráfico.
Después de haber estudiado con un grupo de colegas más de diez años estos temas, nos queda claro que más de 50 años de conflicto armado han ido legitimando culturalmente prácticas violentas para dirimir diferencias y resolver problemas.
Es probable que la maldad potencialmente esté presente en todos nosotros. La mayoría de las personas son capaces de controlarla, pero siempre que hay una conducta malvada, el malhechor está buscando un beneficio, y no necesariamente siempre este es económico.
joseamaramar@yahoo.com
Más Columnas de Opinión
¡Afinia nos tiene locos¡
Uno de los problemas más grandes que está afectado a los habitantes de la región caribe es el alto costo de los servicios públicos domiciliarios especialmente el servicio de energía. Desde hace muchos años la costa caribe ha recibido un serv
La Salud entre líos
Aunque los profesionales de la salud, tengamos como principios fundamentales, el de proporcionar nuestros conocimientos, voluntad, deseos, y en general permanecemos con todas nuestras fuerzas, puestas al servicio de las comunidades y personas, de
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
La Bestia – El temor a amar
La última película del aclamado director Bertrand Bonello (Saint Lorent, Nocturama) incursiona en el género de ciencia ficción mientras explora las complejas relaciones de pareja a través de un romance que trasciende distintas épocas histór