El Heraldo
Entretenimiento

Voceadores de poesía

La poesía era capaz de competir de tú a tú por la atención del público.

Si yo les dijera que ayer varios reconocidos diarios colombianos coincidieron en publicar en la primera plana de sus respectivas ediciones impresas poemas hasta entonces inéditos de diferentes poetas colombianos; si les dijera que, pongamos, EL HERALDO tituló “Nuevo poema de Giovanni Quessep”; que El Espectador puso “Poema inédito de Juan Manuel Roca”, y que en El Colombiano se leía “Poema en exclusiva de Elkin Restrepo”; si yo les dijera eso, digo, ¿ustedes me creerían?

Lo más probable es que no. Pero hace 70 años, en cambio, me temo que no solo me hubieran creído, sino que les habría parecido un hecho perfectamente normal, casi cotidiano. 

Lo digo porque aún recuerdo bien la sorpresa con que, una tarde, hace algunos años, mientras investigaba en el archivo de EL HERALDO, vi en la primera página de un ejemplar correspondiente a una edición de mediados del siglo pasado un poema de Luis Carlos López ubicado en la esquina inferior derecha del enorme pliego. 

Excúsenme por no darles el dato completo y preciso, pero sí puedo asegurarles –porque en aquel momento caí en la cuenta de ello– que para la fecha de esa publicación el poeta cartagenero aún vivía, es decir, que esta fue anterior al 30 de octubre de 1950. Ahora bien, dudo que fuera aquella una aventura caprichosa y solitaria de esta casa periodística y presumo por el contrario que debía de ser más o menos una costumbre de la prensa de la época.

Al anterior caso, debo agregar otro del que en su momento fui testigo: el diario El Tiempo publicó en varias ocasiones por allá a fines de los años 1970 breves poemas de Eduardo Carranza en sus páginas de opinión. Dado que entre los 14 y los 20 años de edad yo sufrí de una tenaz fiebre carranciana, recortaba con manos convulsas esos poemas y los guardaba entre los libros del poeta piedracielista. Aún conservo dos de esos recortes, en cuyo dorso hay fragmentos de noticias en que leo palabras y frases como “extorsionista”, “Abelardo Forero dijo que”, “el presidente López se comprometió”, etc.

Muchos conocen, además, el origen de las Odas elementales (1954), de las Nuevas odas elementales (1956) y del Tercer libro de odas (1957), de Pablo Neruda: el chileno las escribió expresamente, semana a semana, a modo de una columna, para el diario El Nacional, de Caracas, que las publicó en un lapso de varios años “en las páginas dedicadas a crónicas” y no en su suplemento literario Artes y Letras.

Estos tres casos indican claramente que la poesía era en aquellos tiempos capaz de competir de tú a tú por la atención y el interés del público con los artículos sobre la última alocución presidencial, la nueva ley promulgada por el Congreso, los tres asesinatos de la pasada noche y el espectacular triunfo del equipo de fútbol local, así como con los comentarios y análisis de los editorialistas, de modo que resultaba legítimo y lógico que compartieran las mismas páginas, ¡incluso la primera! Hasta es posible que para no pocos lectores la información de mejor calidad se hallara en la poesía.

Esa fuerza periodística, esa actualidad de la poesía, esa capacidad suya de entusiasmar no sólo a las gentes de gusto sofisticado, sino también a las que abarrotan la plaza, “¿fueron sino devaneos?”. No; al menos, no del todo. Tengo una prueba y la daré con el puño en alto. 

El  22 de septiembre de 2017, en una entrega de su columna semanal en el diario mexicano Reforma, Juan Villoro publicó, en lugar de su habitual nota de reflexión, un conmovedor poema en verso libre: “El puño en alto”. El poema, inspirado en el terremoto que había asolado una parte del país tres días atrás, se viralizó en pocas horas a través de las redes sociales y otros medios digitales, y fue tendencia nacional en México. Su masiva repercusión habría hecho feliz a Neruda, para quien la poesía debía existir “a pleno sol…, en una plaza”, y cuyo ideal por ello residía en el deseo de que “los libros se desgasten, se despedacen en los dedos de la humana multitud...”.

 

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Hugo Illera Jiménez

Junior y la sanción a Jorge Duarte

En los más de cuarenta años que he estado en la industria de los medios de comunicación, el fútbol siempre ha sido la misma historia. Los temas del Junior de Barranquilla, por partidos accidentados y fallos arbitrales, siempre se maximizan y s

Leer
El Heraldo
Hernando Baquero Latorre

A cuidar las marchas

Las marchas y manifestaciones han desempeñado un papel crucial en la dinámica de los cambios sociales a lo largo de la historia. Estos eventos han sido catalizadores potentes para transformaciones sociales y políticas, y van más allá de la le

Leer
El Heraldo
Óscar Borja

¡Lee la naturaleza!

Para quienes compartimos que Dios es el creador del universo y de la vida o para quienes no lo aceptan, lo único claro es que, de todos los seres vivos existentes en la naturaleza, el único que tiene la capacidad de comunicarse con sus semejante

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.