Tras la salida de Amaranto Perea y la llegada de Arturo Reyes, a los jugadores del Junior los visitó un entusiasmo que se vio reflejado en algunos gestos ofensivos como la participación de Didier en zonas más adelantadas, yendo a espacios de las defensas rivales. Como la mayor libertad que tuvieron Hinestroza y ‘Cariaco’ González, jugando con el perfil cambiado, para organizar y desequilibrar.

Pero la mejora actitudinal y los progresos en las acciones ofensivas no fueron acompañadas por seguridades defensivas.

En una racha inexplicable y desalentadora, los defensas cometieron una serie de errores protuberantes que no permitieron que la evolución fuera al unísono. Pero, luego de algunos partidos, aquella ilusionante muestra se fue degradando y se volvió a la irregularidad y falta de soluciones y capacidad individual. El centro del ataque no cuenta con un ariete de peligro y tampoco con técnica colectiva. Ni Martínez Borja, ni Carmelo Valencia, ni Herrera (este, con muchos menos minutos, todo hay que decirlo) le han dado garantías de asociación y menos de gol.

Detrás de ellos la disminución de Hinestroza, que en su momento fue, tal vez, el de mejor nivel. El babélico e improductivo juego de Cetré. La abúlica versión de Sambueza, en su función natural y también en la de interior por izquierda que ha sido una de las variantes ensayadas por Reyes. Convicción táctica que lo ha llevado a utilizar a Fuentes en esa función sin éxito aún. Solo ‘Cariaco’ entrega desequilibro, remates y valentía en la búsqueda ofensiva. Sin dudas, el de mejor rendimiento.

Defensivamente, después de aquellos ininteligibles errores, se cambiaron algunos jugadores que estabilizaron la zona. Entre todos, el que ha alcanzado más  regularidad es Homer Martínez. Y, quizá,  también Larry Vásquez en su tarea de volante central. Sin embargo, el aporte de los laterales en el progreso y finalización de la jugada ofensiva ha sido inocuo. No obstante, esas falencias individuales y colectivas, sumó los puntos necesarios para ingresar al grupo de los ocho que es el primer e insoslayable objetivo del Junior.

Pero, a raíz de la dolorosa derrota ante Millonarios (4 a 1) y el insípido empate frente al Quindío (0 a 0) y las victorias de Cali, América y Santa fe se apretujaron de tal forma alrededor de la séptima y octava posición que a partir de ahora se le redujo el margen de error.

A falta de cuatro fechas para la finalización del torneo se calcula que sumando 6 puntos, para alcanzar 31, Junior estaría en los cuadrangulares semifinales. Para jugar mejor al fútbol, el que casi siempre acerca a la victoria y siempre gusta al hincha, tendrá que hacer mucho más.