#VisitaCIDHes
Es importante que aquellos casos que sean exceso de la fuerza pública sea el mismo gobierno quien los reconozca y no un tercero el que los visibilice.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha realizado, dentro del marco de sus funciones, un total de 102 visitas in loco, es decir, en campo. Solo consideran visitas de este tipo aquellas en las que participen al menos dos comisionados o más, las demás no.
La primera en Colombia fue hacia 1990. Las dos últimas han sido a Venezuela, en el 2020, y a Chile, países que han sido golpeados por la izquierda, el primero desde hace mucho tiempo dejándolo en la miseria absoluta y el segundo que, como nosotros, ha sufrido de manera inclemente la protesta llevada al vandalismo, al delito y a los incendios.
Por supuesto que mientras Colombia se diga respetuosa de los derechos humanos, como lo es en general, mientras siga creyendo y siendo parte de organismos internacionales y toda la normatividad que lo rodea, la visita de la CIDH es necesaria e inevitable en momentos como estos.
Como ciudadano y defensor de las garantías me parece acertada la decisión de permitir la visita prontamente, eso sí, espero que el gobierno tenga listas todas las explicaciones posibles, todos los elementos de defensa y, cuando sea el caso, reconocer las fallas y violaciones de Derechos Humanos para que el informe sea lo más objetivo y ajustado a la realidad posible y no marcado por un sector que ha exagerado y mentido a más no poder para dañar y mancillar la imagen de Colombia en el exterior, imagen que esperamos que con la llegada de la vicepresidente, Martha Lucía Ramírez a la Cancillería se pueda revertir y dejar en su perspectiva real.
Es importante que aquellos casos que sean exceso de la fuerza pública sea el mismo gobierno quien los reconozca y no espere a que sea un tercero el que los visibilice.
Es importante que el gobierno tenga listos los videos donde un pequeño sector de manifestantes o de personas se aprovechan de la situación para hacer trampa poniendo calcomanías en vehículos para hacer parecer que es el Estado quien esconde las placas, que fingen ser atropellados por tanquetas de la Policía, que incendian y destruyen monumentos, locales y comerciales o queman sedes de la fiscalía o el Palacio de Justicia de Tuluá.
A propósito de esto último, ese mismo sector que comete delitos contra la propiedad, contra los bienes del Estado, que bloquea causando la muerte de personas indefensas, que mantiene el desabasteciendo a un sector del país, es el mismo que pretende hacer creer que es algún sector estatal quien causa estos hechos. Afortunadamente el guion está escrito, así fue en Chile en donde hubo saqueos, incendios y destrozos a bienes públicos.
Qué bien que la protesta sede, que la juventud salga a las calles, eso no es de ahora, ni por este gobierno, que bueno que pretendan un país mejor la mayoría de marchantes pero les aseguro que dañando la economía más de lo que la dañó la pandemia y el gobierno anterior, lejos estamos de llegar a la meta propuesta por los marchantes y seguro querida por muchos, que es un país mejor y menos inequitativo.
Ojalá rápidamente Gustavo Petro, Iván Cepeda, Alexander López y otros muchos pidan vehementemente el desbloqueo para activar la economía, rechacen que se atente contra el patrimonio de miles de colombianos, que se respete a la fuerza pública, que no se causen incendios y que se denuncie a aquellos que se aprovechan de estas marchas para cometer delitos y actos de terrorismo.
Por último, ayer dos viceministros entregaron parte de la soberanía del país, cedieron en las reglas mínimas de la Constitución como es que solo la autoridad ejerce el control y revisión, ¿en qué estarían pensando?
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